Oscar Escobedo Carignan, Secretario de Turismo de Baja California, dijo en Ensenada: "Si no quieren el Museo del Off Road me lo llevo a Tijuana o Rosarito". Por eso la semana pasada le planteamos ¿Es correcta esta actitud? 6 de cada 10 dicen que no. Gracias a todos por expresar su opinión.
Desde la Secretaría de Turismo se hizo llegar a los medios de comunicación un boceto del proyecto y aunque se dijo de todo, la mayor parte de los señalamientos estaban en la categoría de lo estético, pues sin duda el edificio es sumamente empático con la habitual estridencia del ambiente planteado por Score International, popular entre muchos ensenadenses que, a pesar de tener ese gusto, no decoran las fachadas de sus casas o sus autos de uso cotidiano al estilo del off road.
Resulta paradójico que en una zona donde los colegios de arquitectos recomendaron al gobierno que debía prevalecer el estilo arquitectónico de El Riviera, solo sea una empresa particular la que respetó los lineamientos, El Hotel Corona, mientras que Gobierno del Estado con CEARTE y los fundadores del Museo Caracol, plantearon cuestiones de forma que rompen de manera total con el entorno.
Un museo nuevo para la ciudad siempre es una buena noticia, así sea del carnaval, de las carreras, de la pesca o de los borregos cimarrones. Tener cosas que mostrar, curar la colección y darle contexto, es una razón poderosa para asumir lo que somos culturalmente hablando.
El problema con la actitud del Secretario de Turismo es que, de manera directa, nos dice que dispone del dinero público como si fuera propio, que las opiniones de quienes vivimos aquí le importan poco, que son más importantes sus compromisos con Score International que el legado para una comunidad y que puede aplicarnos una formula de chantaje que solo usaría un mal padre: si no lo quieres tu se lo doy a tu hermano.
En el Gobierno del Estado todo se hace "por instrucciones del gobernador" así que esta actitud, déspota por donde se vea, es probable que ni siquiera sea propia y si a Ensenada ya le robaron una parte de su territorio, mandar recursos de un sitio a otro donde se tienen mejores intereses sería lo de menos.