A propósito de la reacción general por el último gasolinazo, la semana pasada le planteamos: Tomando en cuenta la forma en que inició el año y a sólo 18 meses de la próxima elección presidencial, ¿a quién considera mejor opción para el país? El 47 por ciento menciona que un candidato independiente; el 38 % se inclina por Andrés Manuel López Obrador; el 9 % confía en el PAN y un apenas presente 6 % mantiene sus esperanzas en el PRI. Gracias a todos por su participación.
La próxima elección presidencial está a la vuelta de la esquina y aunque se manejan muchos nombres en los distintos partidos políticos, el mensaje que la sociedad ha emitido plantón tras plantón, marcha tras marcha, es que ya no tiene confianza en la denominada clase política.
Este escenario podría ser capitalizado por un candidato independiente… uno que logre conciliar los intereses ciudadanos y aunque se maneja una baraja con muchos nombres, es casi seguro que se enfrentarán dos posiciones diametralmente opuestas: el México del norte, donde personajes como Jaime Rodríguez ¨El Bronco¨ o Ernesto Ruffo están más que puestos y el México del sur, particularmente las filas del EZLN, que podría ser la cuna de una candidatura completamente distinta a lo que estamos acostumbrados.
El hecho es que entre más independientes levanten la mano, el más favorecido resultaría Andrés Manuel López Obrador, que para el momento de la elección habrá acumulado la nada despreciable cantidad de 18 años de campaña.
Para el PRI, regresar a la competencia con el posicionamiento de alguno de los actuales miembros del gabinete o de un gobernador, implicaría una de esas medidas populares que terminarían por dar más fuerza a los movimientos ciudadanos, que es justo lo que pasó en Baja California: Derogar la Ley del Agua no mejoró la imagen de Kiko Vega y si aportó sentido a las marchas.
En fin, que lo que se ve hasta el momento es que un candidato independiente podría dar la sorpresa. Pero debe ser solo uno, de lo contrario, prepárese para el sexenio del Peje.