En nuestro sondeo anterior le preguntamos si con respecto al año pasado, la zona donde usted vive la siente mas segura, igual que antes o menos segura. 8 de cada 10 perciben que la inseguridad ha crecido. Gracias a todos por participar.
Todos lo vemos. Bueno, casi todos. Al parecer los funcionarios que están involucrados con el tema viven en una burbuja perfecta que los mantiene al margen de la pasarela de adictos y ladrones que tiene secuestrada la ciudad.
Se que puede sonar despectivo, pero esas son la palabras. Adictos, la mayoría, que ya ni siquiera se esconden de las autoridades para encender un cigarrillo de marihuana o una pipa.
Ladrones que desfilan por la calle con todo tipo de objetos en las manos. Cosas pequeñas, sencillas, fáciles de vender o de empeñar. A veces van con las manos vacías y los delata su actitud: Van a paso lento registrando todos los detalles de las casas: si hay perro, rejas, cosas que se pueden tomar fácilmente.
Son cazadores que con mucha paciencia esperan el momento propicio, regularmente es en el transcurso de la mañana, cuando las casas están solas por la dinámica del trabajo y la escuela.
Los policías dicen que no se puede hacer gran cosa. La gente no denuncia porque existe la idea de que sólo se perderá el tiempo además de que el objeto robado difícilmente se podrá recuperar.
Parece que lo único que inhibe esta situación es el patrullaje de la ciudad pero esto no lo ha querido entender Marco Novelo, que como presidente municipal permite que varias decenas de policías se desempeñen como escoltas de sus amigos, especialmente los que el piensa que serán de utilidad cuando busque ser gobernador del estado.
Un presidente municipal que administra mal un recurso tan valioso como es la corporación policiaca, lo que hace es escupir para arriba: los elementos que quedan no se dan abasto con el trabajo, los habitantes de la ciudad pagamos la consecuencia y si lo que espera son votos en la próxima elección, dudo que sea la mejor manera de conseguirlos. Ni siquiera regalando abrazos.