La semana pasada le planteamos ¿Está de acuerdo en que las personas arrestadas cumplan sus horas realizando actividades de limpieza en la ciudad? Nueve de cada diez dicen que si. Gracias a todos por expresar su opinión.
La práctica no es nueva, hace muchos años era frecuente observar en el bulevar costero a ciudadanos de lo más diverso, cumpliendo con tareas de limpieza por haber cometido alguna falta administrativa.
Fue la época en que las multas por infracciones de tránsito se dispararon y aunque los detractores de esta medida trataron de argumentar que eran prácticas recaudatorias, el ayuntamiento lo justificó como una medida para evitar que se cometieran violaciones a los reglamentos municipales.
Pero estos asuntos se politizaron. Nacieron los jueces calificadores que con una varita mágica comenzaron a desinflar las multas al grado en que inevitablemente regresamos a donde mismo. El ayuntamiento en manos del partido en turno, convirtió sus acciones en oportunidades para captar votos.
En el tema de los infractores limpia calles operó la maquinaria de los derechos humanos región cuatro —versión pirata— que tenemos en el país, donde lo menos importante es que un culpable asuma su responsabilidad porque también buscan el recaudo de votos, pero en otra cartera.
Hace unos días le informamos sobre la decisión del alcalde de mandar a los arrestados a labores de limpieza. Labor social para remozamiento de la ciudad, explicó el Ayuntamiento.
Ojalá que esta práctica se mantenga vigente, aun cuando no tardarán en escucharse las protestas que como siempre, tendrán más origen político que lógico.
Sin duda esta es una buena para el alcalde... le faltan varias, muchas, pero por algo se empieza.