En nuestro sondeo anterior le preguntamos si ya decidió su voto para Presidente de la República, aunque formalmente todavía no inician las campañas. A este momento el 60 por ciento ya tomó una decisión, el 16 por ciento dice que no votará y el 24 por ciento menciona que todavía no se inclina por alguna de las opciones. Gracias a todos por participar.
Aunque en experiencias anteriores las elecciones se han decidido por márgenes muy pequeños, el hecho es que en esta ocasión el porcentaje de votos por repartir es muy bajo.
Muchos analistas mencionan que las campañas de desprestigio, como las que ahora se lanzan todos contra todos, lejos estimular el voto lo único que logran es engrosar la estadística del abstencionismo.
En 2012 la campaña de Calderón estaba justo como ahora está la de Meade y sólo empezó a levantar cuando reconoció públicamente que estaba perdiendo, algo nunca visto en la política mexicana donde todos se dicen ganadores. Ese llamado movilizó a los simpatizantes de Acción Nacional que se alejaron después de los resultados que presentó el sexenio de Fox y el famoso "haiga sido como haiga sido" todos lo conocemos.
La campaña presidencial será muy corta y eso siempre aporta ventaja al mejor posicionado.
Tendría que suceder algo que mueva la opinión pública de manera contundente, pero no será ni con spots, ni con despensas, ni con eventos multitudinarios. Mover el posicionamiento es un proceso lento, complicado, costoso e inteligente.
Los partidos podrán tener dinero y a los mejores estrategas, lo que ya no tienen es tiempo.