En nuestro sondeo anterior le planteamos: En la carrera por la presidencia... de aprobarse la candidatura de El Bronco, ¿a quien le quitaría votos? La opinión está dividida. Gracias a todos por participar.
Uno de cada tres opina que le va a quitar votos al candidato de Morena, que de acuerdo a todas las encuestas arrancó encabezando la carrera, pero parece estar concentrado en hacer todo lo posible por perder esa ventaja. La fuerza de Andrés Manuel López Obrador, además de su voto duro, está en el castigo al sistema político nacional, mismo discurso de El Bronco.
El 25 por ciento de los participantes mencionan que va a lograr atraer a los indecisos... los huérfanos de candidato como los definió Denise Dresser: inconformes con el sistema y no convencidos por el tabasqueño. En elecciones que se han definidos por pocos puntos de diferencia, esta masa cada vez resulta más importante.
El 28 por ciento mencionó que le quitaría votos a José Antonio Meade, que podrá dar muchas explicaciones sobre los gasolinazos, pero convencer-convencer, así lo que se dice convencer, lo hace a un paso muy lento. La campaña corta definitivamente está en su contra.
Solo el 14 por ciento menciona que El Bronco le quitaría votos a Ricardo Anaya, quizá porque aun con la merma que representó la fractura con Margarita Zavala, el voto duro y simpatizante de Acción Nacional es de los menos afines al pasado priísta del independiente.
Aunque en estos días he leído y escuchado de todo, creo que lo que no se ha destacado es el hecho de que, a diferencia de los demás aspirantes, Jaime Rodriguez es un candidato que ya nació adaptado a este época, donde ya se demostró que existe cierta independencia entre el posicionamiento y la operación para movilizar votos. Por ejemplo, Pedro Ferriz de Con, como marca política, cuenta con un reconocimiento envidiable que simplemente no se tradujo en la cantidad de firmas necesarias para llegar a la boleta.
A quienes quieren aplicar lecturas de voto corporativo, aglomeraciones en las calles, consignas y demás fórmulas sesenteras, habría que regalarles un calendario para que se den cuenta del año en que estamos.