A propósito de los resultados en la pasada elección federal, la semana pasada le planteamos: Desde su punto de vista ¿el triunfo de Morena se repetirá en la elección de 2019 en BC? El 54 % d eklos participantes anticipa que si. Gracias a todos por expresar su opinión.
En Baja California esta película ya la vimos. A diferentes niveles, con diferentes actores, pero la trama si no exactamente la misma, si se parece mucho.
Cuando en 1989 el Estado se pintó de azul con el Ruffismo, el impulso del cambio aguantó para conseguir alcaldías y diputaciones en las siguientes elecciones.
A nivel federal, cuando Fox prometió sacar a patadas al PRI de los pinos en el año 2000, el efecto electoral fue plataforma para que un año después el PAN ganara la gubernatura de Baja California por tercera ocasión y hasta le alcanzó para que Jorge Catalán lograra la presidencia municipal en Ensenada.
Esos impulsos de posicionamiento político, como es lógico, se fueron debilitando y para el 2006 ya teníamos otros triunfo panistas, pero cuestionados por muchos y sostenido apenas por el “haiga sido como haiga sido” de Calderón.
El triunfo del PRI en 2012 también se agotó rápido. No alcanzó colocar a Castro Trenti en la silla del poder ejecutivo estatal y agregó seis años más a la cuenta panista en Baja California.
En las próximas elecciones estatales, el activo más valioso de Morena estará despachando en Palacio Nacional, imposibilitado legalmente de hacer lo que mejor sabe: campaña desde la oposición.
Los cuadros de Morena, que los tiene, solo figuran en círculos políticos donde la pelea es una guerra de declaraciones que a la gente le importan poco.
Pero en los partidos de enfrente la cosa no está mejor: Kiko Vega y su gobierno gozan de un posicionamiento tan negativo que compite seriamente con Xicontencatl Leyva; el PRI está prácticamente desmantelado y entre los independientes nada visible, al menos todavía.
Si a este escenario se suman: campañas cortas y baja penetración de los medios tradicionales, deja todo (o casi) en manos de los efectos que sobre el estado tendrían los primeros meses de gobierno del nuevo presidente.
Habrá que ver si ganar BC es prioridad para su proyecto político.