Es el Ingeniero Cesar Obregón Martínez-Sanz, un hombre que a sus 76 años, le aclaró a todos en el discurso de aceptación del título de Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de Baja California, que no es viejo, sino que tiene varias juventudes acumuladas y para el la vejez, es el premio de estar vivo.

Nacido en Madrid, en 1934, a César Obregón la guerra civil Española lo hizo salir del país a los cinco años, es uno de los niños que a bordo del buque Ipanema llegaron a México, protegidos por el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río a quien, como profesionista dedicó su tesis.

-Obregón no lo dice pero es un hombre agradecido-, aun ahora cada 7 de julio lleva con su familia y la de Antonio Paz Félix, otro niño de la guerra un arreglo de flores a la estatua de Cárdenas en su aniversario luctuoso.

El ingeniero contó que con sus padres ya en México, se quedó a vivir en el Distrito Federal hasta terminar la Educación Superior en la UNAM y recién egresado como Geólogo trabajó cuatro años para practicar exploraciones contratado por varias empresas y se quedó en Ensenada.

Llegó trabajando en perforaciones en Baja California y trabajando se enamoró del clima, del paisaje y de su esposa Mary, su pareja de toda la vida y a quien cada vez que nombra, le recuerda que ese amor en voz alta.

En estos trabajos fue abordado por un amigo suyo, Pedro Mercado fundador de Ciencias Marinas, quien afuera del Husssong lo invitó a dar clases en la naciente UABC.

Necesitaban un geólogo para la cuarta columna de la novedosa carrera profesional de Oceanología - y yo era el único en más de 400 mil kilómetros a la redonda con esa preparación.-

En confabulación –así lo dice- con dos de sus amigos, uno de éstos Santos Silva Cota, primer rector de la UABC y presente en el evento, crearon entonces este sitio que ahora es el Campus Ensenada de la UABC.

El número de Empleado que le asignaron entonces fue profético el 007, como un espía cualquiera y luego por razones inexplicables lo convirtieron en 00777 que ahora le resulta en un profesor desconocido.

A su ingreso en 1962 arrastraba cuatro años de experiencia en campo, en cuatro estados y otro país. Su tesis lo había hecho recién egresado de la UNAM, convertirse en el primer mexicano en perforar en el mar en condiciones autónomas.

En 1963, se convirtió en el primer director del Instituto de Ciencias Marinas de la UABC. Ha impartido desde entonces 14 cursos curriculares de Ciencias Marinas e Ingeniería, ha sido Padrino de 15 generaciones de Oceanólogos e Ingenieros civiles y ha sido maestro de más de 2 mil alumnos en esas dos carreras.

Tiene numerosos reconocimientos de la Universidad y de otras instituciones y organismos públicos y privados.

En 1991 el Consejo Universitario de la UABC le entregó la Medalla al Mérito, medalla que este jueves 20 de mayo utilizó y presumió ¿Por qué si no, cuando?

“He vivido y sobrevivido a cinco de las seis etapas de la Máxima Casa de Estudios”.

La primera de Gestación 1962 1967 donde un Congreso Estatal Promulga y establece una Ley Estatal Orgánica de la UABC etapa llena de esplendor para una Educación Superior Autónoma.

La Segunda etapa de Investigación y Cultura, donde Ensenada responde con ciencias marinas, la primera en Latinoamérica que atrae estudiantes de otros lugares de México y el mundo.

La tercera 1966 a 1971 de consolidación, donde se superan carencias y se construyen espacios.

La cuarta de 1971 a 1981 es Crecimiento entre Virulencias, las prepas se separan el cogobierno, los sindicatos.

De 1981 a 1997 de Desarrollo académico con Posgrados, Investigación y proyección nacional e internacional.

Esta Sexta etapa de Certificación.

Sin embargo el mundo y Baja California estaban y está necesitando líderes en el más puro y trascendente sentido.

Un líder como el que dibujó Tomás Aquino, que tenga fortaleza como una férrea voluntad a la lucha del día a día, templanza para enfrentarse todos los días consigo mismo, prudencia para escoger lo que mas conviene y Justicia para dar a cada quien lo que merece.

Recordó que en la Universidad los profesores transmiten experiencia. En la licenciatura es para usar el conocimiento, en la maestría para transmitirlo y en el Doctorado para generarlo.

Agregó, tenemos ahora personajes demasiados pequeños en México y en este país, México vive emocionado por el Fracaso pero nosotros en esta Universidad vivimos en un rejuvenecimiento diario para recibir esta energía joven de los estudiantes que vienen empujando y son el futuro.

Mis alumnos hoy son Doctorados Honoris Causa como Saúl Borrego que no pudo venir, Doctores en Ciencia y Tecnología como Pancho Aranda, Héctor Bustos, Efraín Gutiérrez, algunos se adelantaron.

Tengo abundancia de canas y carencia de pelo.

Recuerdo los nombres de los alumnos de las primeras tres generaciones de Oceanología e Ingeniería a quienes di clases, pero no sé donde dejé las llaves.

“Olvido el nombre de los mas de 2 mil alumnos que he tenido, pero me da mucho gusto cuando una persona se me acerca y me dice –Profe- ¿Se acuerda de mi?.

Hoy a 50 años de Ciencias Marinas paso revista a mis compañeros profesores fundadores, Pedro Mercado, Gabriel Carretes Millán, Ricardo Suárez, Armando Diéguez y Manuel Montijo, ya no están con nosotros, los depositamos frente a la Escuela en las aguas de nuestra Bahía de Todos los Santos,

No se preocupen nos ven y aprueban lo que hacemos y parafraseando a Douglas Mc Artur “Los viejos profesores nunca mueren. Solo se desvanecen”.