Los pechos son atributos llamativos del cuerpo femenino y tienen un peso especial en el proceso de atracción hacia ellas y en la conformación de la identidad de las mujeres.

En nuestra cultura es tomado como estético el cuerpo femenino que goza de unos pechos grandes y saludables y el hecho de perderlos en un accidente o enfermedad puede ser causa de un gran conflicto personal, como hemos visto en una nota anterior.

Para prevenir esto es necesario verlos, tocarlos y ponerles la atención debida desde la portadora. Además de detectar protuberancias, el autoexamen mamario mensual que nos hacemos unos días después del periodo también busca enrojecimientos en la piel, engrosamiento, piel estriada, crecimiento anormal de las mamas, dolor o picazón.

Algo que no nos dicen muy seguido de la prevención del cáncer de mama es que el sostén no debe estar puesto más de ocho horas al día y tampoco debe estarlo durante la noche, ya que entorpece la circulación. La talla adecuada es otro detalle en el que nos debemos concentrar, aunque es difícil debido al precio de estas prendas y a que en la mayoría de las tiendas es imposible probarse uno antes de comprarlo.

De hecho el “bra” es uno de los factores que hace que el pecho deje de sostenerse a sí mismo, incluso más que la propia edad de la mujer, ya que el pecho se acostumbra a estar así por un accesorio artificial y a necesitarlo con el paso del tiempo.

De cualquier manera, en Japón se está desarrollando una peculiar pieza de tecnología que es un “bra” con unos sensores que solo permiten que la prenda se abra si la portadora “ama” a su pareja. Esto, supuestamente medido por el ritmo cardiaco y otros signos vitales durante el juego previo al acto sexual.

Obviamente, podemos pensar que a algunas personas les gustaría que existieran prendas íntimas similares que funcionaran en los órganos sexuales pélvicos y otras a quienes no les costará usarlas o alterarlas para sus propios fines. El hecho es que este artefacto se ha vuelto algo así como una “moderna prueba de amor” en Japón y se espera que pronto salga a la venta.

Una vez liberados total o parcialmente del sostén, los pechos son una zona erógena primaria y se habla de la capacidad de las mujeres de alcanzar un orgasmo con su adecuada estimulación. Esto se debe a que por medio de las caricias y succión de esta parte del cuerpo, se activa el córtex sensorial genital, mismo que con la actuación de hormonas como la oxitocina y la estimulación de otras zonas erógenas del cuerpo, sirve para alcanzar el orgasmo.

Al leer o saber esto habrá mujeres que se identifiquen con la información, o que se entusiasmen pensando en la gran excitación que les provoca la estimulación de los pechos. Sin embargo, todas somos diferentes y hay otras tantas que pueden no haber sentido gran cosa al momento de que sus parejas las toquen o estimulen en esta zona del cuerpo.

En cuanto a los varones, hay que agregar que aunque su sexualidad está más condicionada socialmente hacia su pene, se puede pensar en los pezones como una zona erógena secundaria muy placentera para quienes se atreven a experimentarla.