Especialmente hoy en día que estos establecimientos docentes al alcance del público en general y de la juventud estudiosa en particular, que acude a las clases nocturnas -para no perder otra obligación- y halla ilustres profesores de ellas, nacionales y extranjeros; faltando solamente, y su día llegará en que se logre, que los citados establecimientos científico, literarios y artísticos sean incorporados a la Universidad.

Pero no divaguemos, que esto no es ningún folletín, sino una historia.

Habíamos quedado en que las academias del taco tienen mucha importancia y por ella todo lo que con ellas se relacione.

Pues bien; ¿Quieren saber Ustedes cuándo se inventó el noble juego del billar?

Yo lo descubrí ayer, a eso de las 11 de la noche leyendo Le Gaulis que fue un periódico francés fundado en 1868 y que en la época de Porfirio Díaz llegó a México con gran aceptación.

A mediados del siglo XVI floreció un tal Bill-Kew que se dedicaba a la bondadosa profesión de prestar dinero a sus amigos por sus joyas y propiedades.

Bill Kew era de nacionalidad inglesa y de profesión prestamista gracias a lo que era considerado el General de los Generales Ingleses: prestaba y vendía lo que fuera.

Bill tenía colgadas en la puerta de su despacho tres bolas de marfil y en los ratos de ocio mientras caía algún parroquiano necesitado de sus favores, entreteníase el hombre en hacer carambolas sirviéndose de una yarda de madera.

El nombre pues, de Bill Yard, del que se ha hecho billard en francés y billar en español: procede del nombre del inventor y del instrumento usado para jugar.

Esta es al menos la etimología inglesa, que parece aceptable dado que el juego del billar es de origen Inglés y tiempo después se introdujo a los demás países de Europa.

Todo esto lo reza una carta que data de 1750 y que un individuo la encontró e hizo donación a la biblioteca nacional de Francia, sección de manuscritos.

Los innumerables académicos de por acá no ganaran mucho con la noticia pero en fin, cuando pierdan una partida tienen el consuelo de saber que solo a BILL KEM han de echarle la culpa, por ser el quien nos trajo las bolas.