Según resultados de ese estudio, levantado a principios de 2015, de los bolsillos de los ensenadenses se desprenden de manera mensual alrededor de 10 millones de pesos.

Es decir, más de 100 millones de pesos al año que se extraen de una economía estacionaria, como se considera a la que impera en el llamado municipio más grande el país.

En Ensenada operan cinco casinos con cientos de máquinas que ofertan una gran variedad de juegos de azar, mesas de dados y ruleta.

De acuerdo al estudio en mención, entre las cinco casas de apuesta suman más de dos mil clientes por día, de los cuales la mitad pierden en promedio 300 pesos por visita. El 66 por ciento de los asiduos clientes de los casinos son mujeres, y de estas predominan las mayores de 40 años.

La población joven, aunque minoría, ha incrementado su presencia en comparación con años anteriores.

En cuanto al perfil socioeconómico de los apostadores sobresalen los perecientes a la llamada clase media; maestros y empleados gubernamentales en calidad de pensionados son considerados “buenos” clientes.

Ninguna de las casas de apuesta que operan en la plaza invierte recursos en tareas de beneficio social, como son escuelas, instituciones deportivas o culturales. Todas tienen sus matrices ubicadas fuera del municipio. En suma generan varios cientos de empleos.

El propósito del estudio, auspiciado con recursos provenientes de instancias no gubernamentales, tuvo como objetivo general medir el impacto socioeconómico que tienen las casas de apuesta en la entidad.

Del porque Ensenada figura como el municipio más afectado, el argumento se centra en la economía con carácter de estacionaria que aquí se manifiesta, muy distante del dinamismo económico que se advierte en ciudades fronterizas de Baja California.

Contrario a lo que reflejan otros giros comerciales, en donde la queja recurrente es la caída en el número de consumidores, las casas de apuesta no solo han conservado su clientela sino que la tendencia es que esta se incremente al amparo de la llamada ludopatía, la adicción a los juegos de azar que ya afecta a cientos de ensenadenses.

Revelaciones últimas

En el municipio de Ensenada opera un centro de atención a personas con ludopatía y este no recibe subsidio gubernamental, cuando de los impuestos que tributan los casinos una parte tiene que ser canalizada para contrarrestar la adicción por los juegos de azar.