Somos tan distintos. Tan distintos en algunos casos, que nuestras diferencias nos hacen agarrarnos a golpes. Nuestra cultura, nuestra educación, nuestra economía; y a veces, nuestras lenguas son el motivo de la disputa. Pero de cuando en cuando, alguna idea –como el mapa que coloco abajo– nos recuerda que no, no somos tan distintos. De hecho, compartimos más de lo que creemos; compartimos una misma casa.
La familia lingüística indoeuropea es una propuesta que vincula a distintas lenguas de la región que nombra, a partir del resultado de investigaciones que han sucedido a lo largo de los siglos. Las lenguas vinculadas a esta familia pueden verse en la imagen. Comparten un ancestro común, una lengua-hipótesis, ancestral, perdida en los milenios. Esta lengua es llamada “proto-indoeruopeo”.
En este caso lo ilustra el número “dos”. Hay dos aspectos interesantes a notar en este caso. Se podría objetar que la /d/ del proto-indoeuropeo /dwóh/ y la forma en que “brinca” abruptamente al /twai/ del proto-germánico, contrasta dos sonidos que son “muy distintos”.
De hecho, entre las formas más contrastantes está el alemán <zwei> (que suena parecido a [sbai]) y que, sin tener conocimientos sobre lingüística uno podría decir que no tiene nada en común con, por ejemplo, la palabra latina “duo”.
Por un lado, la única diferencia entre /d/ y /t/ es su sonoridad. Tienen el mismo punto de articulación, sólo que en una vibran las cuerdas vocales y en la otra no. La pérdida de la sonoridad es un proceso muy común en las lenguas del mundo, por lo que brincar de /d/ a /t/ se hace con sólo un paso.
Por otro lado, en el caso del alemán, la diferencia entre las vocales es meramente gráfica. La <ei> del alemán se pronuncia /ai/.
Pero… la /s/ de [sbai] ¿de dónde salió? Bueno, pues resulta que de /t/ a /s/ también hay un solo paso. Tiene los mismos rasgos de sonoridad y punto de articulación, pero varían en su manera de articulación: una es una consonante plosiva, y la otra es fricativa –es decir, realiza fricción entre las partes que intervienen en el punto de articulación. Nuevamente, el paso de /t/ a /s/ es un proceso común, en donde se pierde aún más sonoridad. Para ser más precisos, la forma de pronuncia <zwei> es en realidad /zbai/ en donde esa /z/ es una /s/ sonora. Hay vibración de las cuerdas vocales. Por lo que, la /z/ tiene más rasgos parecidos a nuestra /d/ inicial que a la /t/.