A diferencia de otros eventos que sufren por la escasa asistencia o la ausencia del invitado principal, en esta ocasión fueron más de seiscientas personas las que ya esperaban la apertura de las puertas, después de haber pagado casi 30 dólares por la entrada.

Solo una veintena lograron ingresar al espacio, pues cuando los organizadores notaron la presencia de la multitud, decidieron cerrar las puertas y convocar a la fuerza pública para mantener el orden, pues como declararon, nunca esperaron tantos entusiastas de la realidad virtual aplicada al entretenimiento para adultos.

Los que lograron entrar pudieron presenciar lo último en juguetes sexuales, especialmente aquellos que combinan la proyección de imágenes por medio de los lentes Oculus Rift, con aparatos diseñados para la masturbación.

Entre toda la variedad de dispositivos, el éxito de la tarde se atribuye a una muñeca inflable creada para sentarse en las piernas del usuario, que observa por medio de las gafas de realidad virtual la simulación de un encuentro sexual.

Ante el éxito inesperado, se anunció una nueva edición del festival para el próximo mes, esta ocasión, en un recinto con la capacidad suficiente.