Absolutamente nada.

Tan no promete nada que el mismo gobierno estatal ha promovido poco y de mala forma este exhorto.

Y este no prometer nada, y esta fea manera de convocar a los poseedores de vehículos irregulares a enlistarse en un padrón sacado del sombrero, ha dado como consecuencia una pobre respuesta ciudadana.

¿Para qué me enlisto, argumentó un desconfiado ensenadense, si el Gobierno del Estado no ha dicho si luego de esto vendrá un programa de regularización?

Pues no, de eso no se ha dicho nada.

Y si el Gobierno del Estado no ha dicho nada es porque entonces no hay nada aun sobre un programa de regularización de vehículos internados de manera irregular al país.

Al enlistarme, prosiguió el desconfiado ensenadense, le doy al gobierno no solo los datos del vehículo sino también datos personales que luego pueden ser usados en mi contra.

Pues sí, sí que genera desconfianza.

Para qué abrir la conformación de un padrón de vehículos “chocolate” si no hay un propósito preciso, determinado, claro.

Para qué si no hay certeza de lo que sigue.

Para qué si por las aduanas fronterizas de este país siguen entrando a diario cientos de unidades motrices que hacen de este problema el clásico cuento de nunca acabar.

Años atrás y con el propósito de hacer regular la estancia de miles de vehículos procedentes de los Estados Unidos, el Gobierno Estatal dio vida a un programa especial que se volvió un auténtico caos.

Cuando el gobierno completó el último trámite de ese programa, ya circulaban de nuevo decenas de miles de autos “chocolate” por las calles y avenidas de Baja California.

Hoy, mientras la federación mantiene hermetismo sobre la posibilidad de abrir un periodo de “gracia” para que miles cientos de miles de autos puedan ser regularizados, el gobierno estatal anuncia la integración de un padrón de vehículos irregulares que no promete nada. Absolutamente nada.

Posiblemente el propósito de integrar un padrón de vehículos “chocolate” se deriva de un acto de buena fe del gobierno estatal, posiblemente. Pero hasta la buena fe hay que volverla clara, precisa y contundente.

El problema de los autos irregulares esta fuera del control de las autoridades.

Estas, así lo evidencian los hechos, están imposibilitadas para decomisar tanto carro chueco que circula en la entidad. No hay espacio suficiente para confinarlos si se quisiera decomisar en forma masiva.

Las autoridades se encuentran en una encrucijada con esto de los carros “chocolate”. Una encrucijada que anticipa tiempos complicados.

Y como no si mientras la federación sigue con su dejar hacer y dejar pasar, y el gobierno estatal jugando a enlistar carros irregulares, por las aduanas fronterizas el problema se alimenta día a día.

El clásico cuento de nunca acabar.