Una excavación arqueológica que se realiza en zonas costeras del Ensenada, arrojaron el hallazgo de tres osamentas que pudieran tener entre 2 mil y 3 mil años de antigüedad.
Se trata de uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años, indicó el Director del Centro INAH Baja California Antropólogo Jaime Velez Storey en entrevista con Ensenada Net.
El hallazgo realizado por los arqueólogos Rubén García y Gengis Obilla Rayo ambos del Centro INAH, forma parte de un programa de salvamentos arqueológicos asociados a proyectos de desarrollo Industrial que involucran terrenos de la empresa Energía Costa Azul, quien dio facilidades para dicho salvamento.
Storey, explicó que el hallazgo se realizó en una zona donde existen escurrimientos de agua dulce que forman pequeños arroyuelos y en algún momento de la historia fueron usados por antiguos pobladores durante algunas épocas del año.
“Estamos hablando de campamentos estacionales de hace 2 mil o 3 mil años de antigüedad”
"Entonces los habitantes peninsulares, eligieron estas zonas a la orilla del mar porque además de agua, había muchísimo abulón, abulón negro”.
“El abulón negro es un molusco que habita a poca profundidad a uno o un metro y medio y cuando bajaba la marea era relativamente fácil cosecharlo y estos recolectores ahí se instalaban”.
“Las capas estratigráficas que han ido descubriendo los arqueólogos han permitido establecer distintas épocas hasta llegar a la capa estéril donde no hay más material orgánico y nos ha permitido hacer dataciones de 2 mil a 3 mil años”.
Aclaró que las fechas exactas, se van corroborar al final del salvamento porque ahí empezaría el análisis de laboratorio.
“Había mucho abulón, choro, (mejillones) pesca abundante y ahí hasta el momento hemos encontrado metates raspadores, y tres esqueletos humanos también que no se han datado todavía”
Los restos óseos fueron hallados entre septiembre y octubre del 2021 y son salvamentos arqueológicos muy importantes para el país.
“Este descubrimiento tiene a dos directores de proyectos Rubén García y Gengis Obilla Rayo ambos arqueólogos de Centro INAH que contratan para documentar el hallazgo a un equipo de fotógrafos, dibujantes arqueólogos y luego biólogos para cuando empieza proceso en laboratorio para las dataciones”.
El último hallazgo de esta envergadura se realizó también en el municipio de Ensenada, a poca distancia de Costa Azul, en Bajamar en 1992 y se le llamó la mujer de Jatay.
“El descubrimiento de restos óseos es reciente y muy importante porque en la medida que se puedan hacer dataciones podremos precisar cuando fue el enterramiento cuantos cientos o miles de años, nosotros pensamos que llevan entre 2 mil y 3 mil años de antigüedad”.
Este hallazgo dijo, “va reforzando y enriqueciendo las teorías sobre el poblamiento de la península y la dinámica de estos grupos de cazadores y recolectores”.
“Son osamentas de adultos, no se sabe aún si son hombres o mujeres pero lo primero que indican los arqueólogos es la forma en que fueron sepultados, que materiales están asociados, -si se da el caso- a los enterramientos y luego se pasa a saber si son hombres, mujeres, jóvenes, viejos e incluso posibles causas de muerte".
Agregó que los huesos que fueron hallados en el lugar son cráneos, en los tres casos se han encontrado los cráneos, además de fémures, costillas y clavículas.
“En este tipo de entierros lo que más se pierde son los huesos pequeños de manos y pies, eso se pierde en su totalidad pero aparecen vértebras, si no la columna completa, si vértebras que permitan hacer una proyección del individuo, por ejemplo de la estatura, edad y sexo”.
La trascendencia del hallazgo es que es difícil encontrar esqueletos completos porque la fauna se encarga de moverlos, no solo los animales carnívoros que son los que mueven restos, sino ardillas, topos y animales que hacen madrigueras y entonces hay una serie de movimientos ocasionados por la misma vegetación, de las raíces al expandirse en que mueven capas de tierra y algunas de estas capas salen a la superficie y hay entonces una dispersión de los restos.
Además, por las condiciones del terreno algunas osamentas se degradan en partes; se pulverizan y es excepcional encontrar un esqueleto completo pero lo importante es que las piezas que logres recuperar te permitan hacer una reconstrucción identificando si es hombre o mujer, estimar la edad o que permita análisis incluso de ADN.
“Cuando recuperas molares o mandíbulas con dientes todavía en su lugar, los análisis en el núcleo de los molares pueden hacerse y eso es muy interesante porque te regresa a esa posible asociación con los actuales grupos yumanos o con otros.
Los restos que se han encontrado han arrojado la posibilidad de que se trata de grupos de buena estatura porque su alimentación era muy rica.
A diferencia de los grupos de Mesoamérica del centro de México que no eran de una gran estatura, al menos no todos, aquí si se han establecido análisis comparativos y se demuestra que los del norte y noroeste tenían más estatura que el promedio de los grupos del centro de México.
Eso esta asociado a los nutrientes la alimentación de esta zona, mariscos pescado semillas, abulón, hemos encontrado percutores, piezas que usaban no solo para romper conchas sino para ablandar la carne del abulón, golpearla sobre una superficie plana y eso permite ablandarlo para masticarlo y consumirlo.
Este descubrimiento es importante porque es muy difícil encontrar osamentas completas, apenas se acaban de descubrir unas cuantas semanas atrás y aún no se sabe que arrojarán en los análisis que se realicen porque se trata de una gran cantidad de información.
Una de las características que se conocen, es que aquí en Baja California hubo prácticas funerarias como en los grupos indígenas del sur de Estados Unidos donde los cadáveres se incineraban por eso ha sido muy difícil encontrar restos óseos pues ahí se perdía todo, por eso son tan importantes estos hallazgos,
Al estar estas osamentas en una zona de campamento, pensamos que ahí donde morían los sepultaban.
No hemos encontrado evidencia de que tuvieran un especie de cementerio un lugar específico para enterramientos, están junto a las conchas de abulón en los mismos sitios donde hallamos restos de fogatas ahí están los restos óseos es curioso las prácticas de rituales de ese grupo en específico de enterrarlos ahí mismo en los sitios.
Por otra parte si como se supone son de 2 a 3 mil años de antigüedad es muy difícil decir que pertenecían a cierto grupo lingüístico, a la familia genérica yumanos e incluso eso podría estar en duda, podrían ser incluso grupos que no pertenecían a la familia yumana a menos lo que se conoce hoy como familia yumana, pai pai kiliuas, kumiai y cucapá.
“Puede ser que si por eso las dataciones de esos restos óseos es tan importante. Si fueran del siglo XVII o XVIII, entonces si podríamos hablar de mucha seguridad de una familia yumana pero si te vas a 1 mil años o más hacia atrás ¿Cómo aseguras que es familia yumana? estamos hablando de la prehistoria los 2 mil años que tiene la civilización cristiana. Estamos en 2021 pero más o menos serían grupos que se desarrollaron o estuvieron aquí al paralelo de la época cristiana o antes.
Si nos vamos a más años a 3 mil es muy difícil que hablemos de una familia yumana, simplemente estamos hablando de grupos nómadas, cazadores recolectores sin tener la certeza de que fueran los grupos de los cuales descendieron los actuales yumanos porque en parte llegaron del sureste de Estados Unidos cruzaron en épocas relativamente recientes en épocas históricas.