Con iniciativas y proyectos muy concretos, centros de investigación como el CICESE abordan acciones en cada uno de los tópicos que comprende la economía azul. Ha costado mucho esfuerzo e inversión, aunque se han logrado generar muchos recursos a partir de fondeadoras, por lo que la pregunta es: si estamos tan interesados en México por desarrollar una economía azul, ¿en dónde están las políticas públicas? ¿Qué dicen nuestros gobernantes locales, estatales, acerca de ello?
Esto lo comentó la doctora Carmen Paniagua Chávez, directora de la División de Oceanología del CICESE, quien también reconoció que los investigadores muchas veces no tienen la menor idea de que están desarrollando un producto que pudiera tener impacto, generar ingresos o despegar una componente económica importante para la ciudad.
Hacemos todo lo posible desde el punto de vista de la investigación, pero en un esquema de innovación, las hélices que corresponden a gobierno, empresas y sociedad, ¿cómo se incluyen en esto? Porque nosotros solos no podemos, declaró la investigadora.
“Estamos metidos en el laboratorio y no nos damos cuenta de eso, (por lo que) tenemos que prepararnos. En el CICESE ya tenemos algunas clases en las que hablamos de economía, hablamos de cómo le vamos a hacer para vender un producto, porque es muy importante educarnos”.
La doctora Paniagua habló sobre “El papel de la investigación científica en la economía y crecimiento azul” en el 1er Foro Internacional de Economía y Crecimiento Azul que organizó en Ensenada el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (INAPESCA), donde destacó, en principio, que el concepto de economía azul abarca seis tópicos principales:
La Gestión y sostenibilidad de la vida marina y su conservación hacia actividades económicas sostenibles; Eliminar el hambre, asegurar la provisión de alimentos y promover la sostenibilidad y la salud de las pesquerías; Acción en favor del clima y gestión de basuras asociadas a la agricultura y a la pesca, así como un océano libre de contaminación; Personas, cultura, comunidades y sociedades hacia una economía azul inclusiva, de todos para todos; Energía sostenible, recursos minerales e industrias líderes en innovación, y Ciudades, turismo, costas resilientes e infraestructura adecuada.
Citó ejemplos de cómo en cada uno ha contribuido el CICESE desarrollando iniciativas y proyectos concretos, como el Consorcio de Investigación del Golfo de México que, con financiamiento del CONACYT y de la Secretaría de Energía, durante siete años desarrolló cinco líneas de acción con la intención de conocer posibles impactos ambientales de la industria del gas y petróleo en los ecosistemas marinos del Golfo de México, así como entender y actuar en caso de posibles derrames de hidrocarburos de gran escala en esta gran provincia oceanográfica.
Otras iniciativas que destacó la doctora Paniagua son el involucramiento en cuestiones de recursos genéticos de organismos acuáticos, cuyo conocimiento y registro comenzó muy recientemente (2015) por parte de la FAO, o la integración del grupo “Salvemos nuestros abulones”, en el que participan nueve empresas de productores pesqueros, dos productores acuícolas y dos empresas, para impulsar el sustento de cooperativistas, empresarios y para que mejore la comercialización de este recurso.
El laboratorio FICOTOX monitorea toxinas asociadas a florecimientos de microalgas, y su relación con la producción de moluscos, principalmente, incidiendo de manera importante en su cadena de comercialización y exportación, así como en la economía de numerosos sectores. Otro proyecto, este más orientado a la niñez, educación e inclusión, lo encabeza el Laboratorio Marino virtual, que ha integrado charlas y otras actividades para motivar el interés de los más pequeños en temas del mar. Destacó que muchas de sus producciones se han traducido a lenguas originarias de México.
Otros proyectos tienen que ver con el estudio y la comunicación social de tsunamis, su ocurrencia e impactos en el litoral del Pacífico mexicano, y en energías renovables, donde se tuvo la sede en junio pasado de la Conferencia Panamericana de Energía Marina (PAMEC). En ésta, dijo, se discutieron los tipos de tecnología requeridos para impulsar el uso de energía sustentable, considerando que lo que se tiene en estos momentos tiene muchos problemas, tanto tecnológicos como de costos.
Habló también de la inclusión de Ensenada (la única ciudad en México) en la iniciativa Ocean Cities, de la FAO, donde el CICESE realizará trabajo conjunto con el gobierno municipal y con los principales sectores de la ciudad. El objetivo, enmarcado en la Década Internacional de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible decretada por la Organización de las Naciones Unidas, es construir un puente para que en Ensenada se establezcan acciones de formación, educación y cultura oceánica.
Lo anterior, indicó la directora, es solo un ejemplo de las cosas que hemos hecho en la comunidad en temas de crecimiento y economía azul. Y cuestionó: “¿Vale la pena invertir en ciencia y tecnología? Porque esto que les acabo de mostrar nos ha costado mucho esfuerzo y mucho dinero”. Por ello, hizo un llamado a los gobiernos, a los empresarios y a los demás sectores de la sociedad para que decididamente impulsen una agenda en estos temas, “porque nosotros solos no podemos”.