Si hubiera una competencia para estar en desacuerdo, seguro a los ensenadenses nos iría muy bien. ¡Demasiado bien!
Me refiero bien en los desacuerdos. En eso.
Desacuerdos que nos exhiben como una sociedad enfrascada en posicionar intereses particulares o de grupos, antes que los del colectivo.
Hace ya algunos años las autoridades vendían con bombo y platillo el proyecto ferroviario El Sauzal-Tecate, del que decían haría despegar la economía no solo de los municipios involucrados, sino de de todo el estado.
Imagine, movilizar cargas y personas por un sistema de transporte que ponderan las principales economías del planeta.
Le platico que ya estaba acordado el uso de vía por los predios donde correrían las vías del proyectado tren.
¿Pero qué cree?
Con eso de que nos gusta no estar de acuerdo, surgieron voces muy influyentes para rechazar el proyecto bajo él argumento de que el paso del tren estaba considerado para pasar muy cerca de sus propiedades y eso causaría contaminación auditiva. ¡Ruido, pues!
Y sí, el proyecto pasó a engrosar los archivos donde se almacenan los sueños inconclusos.
Luego, para continuar con nuestros desacuerdos, otro grupo de personajes influyentes en lo político y en lo económico, decidieron que en el Valle de Guadalupe no pueden ocurrir desarrollos inmobiliarios, tampoco la realización de la eventos masivos.
O sea que en lugar de encontrar puntos de acuerdo que le permitan a la región ser puntal en la producción de vino y la oferta turística, pretenden imponer una visión estrictamente particular sobre cómo debe caminar el desarrollo del Valle.
Y cómo son voces de peso en lo económico y en lo político, su relación con las autoridades camina por veredas muy estrechas y salpicadas de compromisos.
Y cómo no estamos de acuerdo, el futuro del reconocido Valle de Guadalupe es incierto.
Pero, ¿quiere más ejemplos de nuestro rosario de desacuerdos?
Pues le tengo el de la zona de festejos del carnaval. Tampoco estamos de acuerdo.
Si se hace sobre la avenida Ruiz, mal, sobre el bulevar Costero, mal, en Playa Hermosa igual de mal.
O sea, que todos hablan del carnaval pero nadie lo quiere cerca. Y estamos hablando, que conste, del festejo popular más importante en el estado.
Y ahí anda la zona de festejos del carnaval como paria, del tingo al tango hundida en los desacuerdos.
Y qué le parecen los desacuerdos en torno la empresa ECA, sobre los parques de contenedores, la instalación de parquímetros, la remodelación del Parque Revolución…?
¡Le digo que nos iría muy bien en una competencia de desacuerdos!