Más que un encuentro académico, el primer Congreso de Biología Experimental y Aplicada (DBEA) celebrado del 8 al 14 de octubre, se constituyó como un importante espacio que sirvió para discutir y compartir los últimos avances en biología a través de seis conferencias magistrales de reconocidos biólogos mexicanos e internacionales, 16 charlas plenarias, 33 charlas seleccionadas, dos sesiones de carteles, seis talleres y una asistencia record de casi 240 especialistas (60% mujeres) de 34 instituciones.
Organizado también como una celebración de los 50 años de este centro de investigación y 20 de la División de Biología Experimental y Aplicada, las actividades se enfocaron en aspectos de biología celular y molecular, ecología y conservación de la biodiversidad, genética, biotecnología marina, fisiología, farmacología, así como en áreas emergentes y prioritarias para los cuerpos académicos del CICESE, como los efectos del cambio climático sobre la biota, el uso del agua y la atención a enfermedades emergentes, por mencionar algunos.
Exequiel Ezcurra (UC-Riverside), en la primera conferencia magistral del congreso, Paleoecología de manglares: mirando al pasado para entender los desafíos del Antropoceno, compartió estudios que ha relizado en Yucatán donde ha podido observar la pérdida de la línea de costa y del hábitat mismo debido al incremento del nivel del mar y, con ello, identificar las zonas de alto riesgo.
Concluyó con que hay tres elementos cruciales para hacerle frente a la crisis climática: el acceso amplio y bien documentado a la información científica para que la ciudadanía esté enterada de lo que pasa, la participación pública de los científicos para hacerse escuchar en el diálogo social y la toma de decisiones, así como la justicia ambiental: las personas que menos responsabilidad tienen de la crisis climática, son las que más pagan.
Una de las conferencias magistrales que más expectativas levantó fue la de Julia Carabias Lillo (UNAM-El Colegio Nacional), quien habló sobre El futuro de la conservación y uso de la biodiversidad en México. Planteó que los humanos hemos impactado tres cuartas partes de la superficie terrestre y dos tercios de los océanos, en tanto que 50% de la población vive en áreas degradadas por erosión, salinización, compactación o contaminación, pérdida de fertilidad, sobre pastoreo o incidencia de incendios forestales.
Presentó un esquema que muestra los impactos en los sistemas biofísicos, así como los factores directos e indirectos que los han provocado, y la manera en cómo se interrelacionan.
Según la doctora Carabias, una estrategia de conservación y manejo sustentable de la biodiversidad, que proteja el patrimonio natural nacional, genere ingresos y empleos, debe establecer cero deforestación; fortalecer y extender el sistema de áreas naturales protegidas; reconocer el valor de la biodiversidad y los servicios ambientales; fomentar los sistemas productivos sustentables que no impliquen deforestación (manejo de vida silvestre, ecoturismo y manejo forestal sustentable); nuevas opciones de empleos para quienes no tienen tierra, y promover cadenas de mercados de productos verdes.
Para dar cierre a las actividades académicas, el Dr. Antonio Lazcano (UNAM) compartió una revisión histórica sobre los grandes hitos en la observación de las especies a diferentes escalas, y el papel del desarrollo de la instrumentación científica.
Enfatizó que el planeta no es un cuerpo estéril, y que los microrganismos son agentes de cambio en los procesos biogeoquímicos, como la liberación de oxígeno que ha generado nuestra atmósfera. Las bacterias lograron cambiar el planeta entero, mencionó el investigador, a tal grado que es muy distinto de Venus y Marte, a pesar de tener más o menos la misma masa, edad y estar a distancias similares al Sol.
En la sesión 1 del congreso, Descubriendo el mundo de la microbiología molecular, el Dr. Alejandro López Saavedra, del Instituto Nacional de Cancerología, indicó que el cáncer puede ser causado por algún daño en el ADN y que, dependiendo de diferentes patrones y mecanismos, la reparación de ese daño es posible a través de la microscopía.
Además de ofrecer imágenes potentes que permiten ver a detalle la estructura, el núcleo, los cromosomas involucrados en la alteración genética que ha provocado el cáncer, la microscopía avanzada también permite observar la capacidad de movimiento y de división de una célula cancerígena; si ésta migra constantemente se pueden probar fármacos que detengan o impidan su movimiento o, en casos de quimiorresistencia, ofrecer terapias alternativas con medicamentos llamados inhibidores de puntos de control.
Al día siguiente, Linda Lara (SDSU), consideró que la pandemia de covid 19 puso en el escenario internacional la relevancia del concepto One Health (Una salud), para entender y enfrentar riesgos sanitarios mundiales. Subrayó la importancia de este enfoque integrado para equilibrar tres componentes de la salud: la humana, la de los ecosistemas y la del mundo animal, por lo que se requiere interdisciplinariedad y del involucramiento de muchas áreas.
La sesión 4 abordó temas relacionados a la Biotecnología para la producción sostenible. El Dr. Allan Cembella, del Centro Helmholtz para la Investigación Marina y Polar (Alemania), explicó las oportunidades que existen en el mundo submarino, como las toxinas de los caracoles y sus propiedades analgésicas, o las cualidades antitumorales y antibacterianas de las esponjas marinas. Otras de las novedades a destacar son los compuestos fluorescentes de las medusas y la poderosa proteína adhesiva de los mejillones. Se suman a estas propiedades las bacterias y algunas especies de hongos y microalgas, incluso con agentes anticancerígenos.
La primera sesión de estudiantes del congreso fue muestra de la variedad de temas de investigación que se abordan en la DBEA: desde diversidad genética y polinización de plantas, hasta evaluación de biomarcadores en una especie marina, pasando por el piojo harinoso de la vid y cómo los incendios favorecen la diversidad de abejas.
Las presentaciones, en las que fue notoriamente predominante la participación de mujeres, fueron impartidas bajo un esquema dinámico que ofreció a las expositoras únicamente 15 minutos para desarrollar el tema, exponer los últimos resultados de sus investigaciones y responder una pregunta del público.
Uno de los talleres que se organizaron durante el congreso fue sobre Curación entomológica, en el que cinco instructores capacitaron a 13 personas en técnicas para separar e identificar insectos, para después enseñarles técnicas de montaje y etiquetado, procesos que se llevan a cabo para que los animales se integren en colecciones como la del Museo de Artrópodos.