A pocos días de que se renueven cargos en la Presidencia de la República, Senadurías, diputaciones federales, locales y presidencia municipal, Julio Salinas López, Presidente del Consejo Consultivo Económico de Ensenada, (CONSULTEN) recordó que durante los próximos 3 días, previo a la elección, el ciudadano tiene la responsabilidad de reflexionar sobre lo que quiere, para su ciudad, su estado y su país.

A los ciudadanos a quienes por semanas nos han dicho que harán, como trabajarán, que impulsarán y que solucionarán, ahora le corresponderá dar seguimiento a las actividades que realicen y a las promesas que hicieron a lo largo de las campañas.

Como se aplican nuestros impuestos, porque son con estos con los que los representantes populares, trabajarán. No son recursos mágicos, ni propios. Son del país y salen del pago de derechos, de impuestos, de obligaciones fiscales que en diversos momentos pagan los ciudadanos como parte de sus responsabilidades.

Una de las obligaciones que tendrán los nuevos representantes populares es respetar el estado de derecho; lo que establece la Constitución y las leyes que de ella emanen.

Uno de estos derechos ciudadanos es la participación democrática y al acudir a votar el 2 de junio y lo que hace el ciudadano es brindarle a una persona, en cada voto, su confianza.

Pero para eso también nosotros como ciudadanos, para que exista este estado de derecho, tiene que ver mucho la participación y el involucramiento de la sociedad en estos encargos, no solo al votar, sino a dar seguimiento a quienes resulten electos.

Si hablamos de corrupción, si hablamos de programas sociales, si hablamos de inversión pública en nuestra ciudad, pues tenemos también que estar nosotros involucrados en estos temas, conocerlos, entenderlos y que nos digan cómo se aplican, sin secretos.

Todas las obras que se realizan con dinero público o mediante convenios con empresas requieren ser cuestionadas, explicadas y auditadas.

Queremos otro tipo de gobernanza, que sea participativa, social, con estado de derecho, una ciudad sana, sostenible, con un espacio público limpio, que podamos transitar por nuestra ciudad de una manera segura.

Que exista realmente el ejercicio de nuestra normativa, de nuestras leyes al pie de la letra y con responsabilidad por parte de la autoridad de aplicarlas, pero también como ciudadanos de atenderlas y hacerlas, valer.

Esta participación incluye al empresario, el ama de casa, estudiante, trabajador, organizaciones civiles, todos, incluso empresarios y trabajadores informales que no pagan impuestos, pero viven en esta ciudad y están envueltos en lo que ocurre en ella.

Hoy los habitantes de Ensenada, por ejemplo, están mal informados desde el discurso público, porque no han sido orientados en los distintos temas de las inversiones públicas.

¿Por qué están construyendo una avenida Juárez o por qué hicieron una remodelación, una rehabilitación de un parque público, de un mercado, de una plaza y otras acciones realmente relevantes no fueron consideradas? Realmente no estamos exigiendo esa planeación participativa.

Pero ahora, ni siquiera la academia que deben ser el máximo orientador, como líderes sociales, no están encabezando este tipo de participación ciudadana, entonces, realmente estamos fallando como ciudadanos.

Es importante exigir transparencia y que los servidores públicos cumplan con ello.

Actualmente, cuando solicitamos información sobre obras o servicios que son inversión pública y existe toma de decisiones, como contratos y licitaciones, no tenemos suficiente información o se han generado candados para no conocerla.

Pero si la cabeza, en este caso el presidente de la república, no llama a respetar la ley o ha dicho “Que no me vengan a mí de que la ley es la ley”, realmente ahí está mandando una señal a todos como una pirámide hacia abajo y eso se ve reflejado también en la administración local y no hay transparencia y se abona a ello por ciertos intereses económicos y empresariales, que se traducen en corrupción.

Esto también es importante porque para que exista corrupción tiene que haber dos en acuerdo.

Y entonces si realmente queremos transparencia, tenemos que nosotros también ser solidarios para poder llevar esa transparencia más allá del discurso.

“Eso es con nuestro actuar, con nuestro ejercicio profesional o con otro tipo de manifiestos. Entonces, la gobernanza se da precisamente siendo un facilitador del gobierno, teniendo las herramientas del propio gobierno y nosotros se las proveemos a través del pago de nuestros impuestos y para eso la sociedad tiene que estar puntualmente participando para que para que diga yo estoy pagando mis impuestos, yo tengo derecho a que tu gobierno municipal estatal federal me des este informe y si no se hace, exigirlo”.

“¿Cómo lo vamos a hacer? Bueno, pues están las organizaciones civiles, somos una sociedad organizada, por eso te hablaba de la academia, pero la academia ya no participa, está en un área de confort que ya no nos está ayudando, ya no participa en educar a la sociedad en esa participación”.

“Nosotros, las organizaciones civiles de profesionales ya no nos veo participando, inclusive en promover el voto, ha sido mínimo por desgaste, por miedo y por apatía”

El temor de levantar la voz porque el estado, el ayuntamiento o la federación utilicen su fuerza para callar a quienes difieren o cuestionan con auditorías, sanciones, multas y presión.

O mediante la omisión que como en caso de una Procuraduría, pese a conocer un tema no actúa por oficio, -caso extorsión a negocios- en donde, si no se denuncia no pasó.

Entonces el ciudadano se siente desprotegido y más aquellos que de alguna manera han mantenido la participación activa pero la falta de apoyo solidario para lograr el bien común los va opacando, desgastando, los va haciendo pequeñitos.

Es por eso tan importante que los ciudadanos salgan a votar con la afinidad que se tenga, pero tiene que ser un voto consciente, un voto que ese ciudadano o nuestros ciudadanos después de este ejercicio de elecciones también se involucren, porque la ciudad no se construye nada más con el administrador o con el representante político de la ciudad, sino que se construye también con sus habitantes.