A propósito del retraso anunciado en la reparación de la carretera de cuota la semana pasada le planteamos: Capufe cambia el plazo para la apertura de la escénica. Dicen que estará para mediados de diciembre. ¿Usted les cree? El 95 por ciento nos dice que no. Gracias a todos por expresar su opinión.
El anuncio fue sólo el final de la crónica de una mentada de madre anunciada… causó coraje, pero no sorpresa.
Lo que vale la pena observar es que inmediatamente después del anuncio se dieron dos reuniones, una con el presidente municipal y otra con el gobernador. Ambas para informar que el periodo de espera aumentaría unos meses más.
Entonces… ¿Gilberto Hirata no estaba enterado de los avances en la obra? ¿Francisco Vega no estaba enterado de los avances de la obra?
A unos días del desastre, la nula respuesta de Capufe motivó al gobernador a externar que “se le estaba acabando la paciencia”, lo que fue leído por la sociedad como un buen síntoma.
El alcalde también se expresó en términos fuertes, pues en su momento exigió que agilizaran los trabajos de la carretera, en el tramo del deslave, con el propósito de permitir el paso de vehículos particulares, al menos.
Dicen que el tiempo todo lo alivia y el bastaron solo unos meses para que nuestros líderes políticos se olvidaran del tema, a pesar de que el uso de la carretera libre a cobrado como peaje una extensa colección de accidentes y varias vidas humanas.
Cabe suponer que las reuniones hayan sido solo protocolo y que desde siempre hayan tenido información de primera mano sobre el estado de la obra, de ser así ¿porqué nunca lo informaron? ¿porqué dejaron de presionar al gobierno federal para que cumpliera con su obligación?
Si realmente no estaban enterados, ¿Cómo pueden presumir de eficiencia en la administración pública, ante semejante incapacidad de seguimiento a un asunto prioritario? ¿Cuántas pérdidas más se tendrán que lamentar antes de que entiendan de qué se trata?