La semana pasada le planteamos: Si algo sucede en una escuela cuando maestros y directivos están ausentes por junta sindical, ¿a quién se debe responsabilizar? El 43 por ciento de los participantes opina que al director; el 36 por ciento señala al Sistema Educativo, mientras que el 21 por ciento restante menciona al Sindicato. Gracias a todos por expresar su opinión.
El tema surge a raíz de un par de incidentes en la escuela primaria Aquiles Serdán, donde un niño de siete años sufrió contusiones en la cabeza y la fractura de uno de sus brazos.
El asunto fue presentado por la madre del menor como un caso de bullying pero Jorge Herrera Montes, director de la escuela, minimizó el tema al calificarlo como “un accidente común”. Por si esto no fuera suficientemente grave, justificó la ausencia de intervención en el acto “porque estaban en junta sindical”.
Surge entonces una pregunta clave: ¿Qué tragedia debe ocurrir para que se dejen de programar asuntos sindicales mientras los niños permanecen en las instalaciones escolares sin suficiente supervisión adulta?
La irresponsabilidad de los líderes sindicales no es noticia. Tampoco lo es la tibieza con que actúan algunas autoridades del Sistema Educativo, al incumplir su obligación de vigilar que se cumpla lo que espera la sociedad de este sector.
Al tratar de evitar que su escuela cargara el estigma del bullying, Jorge Herrera destapó una cloaca donde pueden verse deficiencias que reclaman atención urgente.
Supongamos que efectivamente el brazo roto se debió a un accidente, pero… ¿Y si hubiera sido un incendio? ¿Cuántas vidas a cambio de una junta sindical?