La semana pasada le preguntamos su opinión sobre aquellos medios de comunicación que aceptan dinero del gobierno, el 84 por ciento de los participantes opinan que dichos medios tienen menos credibilidad. Gracias a todos por expresarse.
Es probable que para muchos la idea de que un medio acepte dinero de gobierno se percibe como un acto sórdido de corrupción, en el que uno le entrega al otro un sobre repleto de billetes por debajo de la mesa. Puede ser que suceda, sin embargo, existe una forma en la que todo sucede tan a la vista del mundo que pocos desconfían.
Se trata de la publicidad.
Un contrato para insertar anuncios en prensa, radio, televisión o Internet implica dinero que sale de las arcas públicas para llegar a la cuenta de la empresa correspondiente.
¿Legal?, absolutamente.
¿Moral?, depende de los involucrados.
En tiempos de Ernesto Ruffo como Gobernador, su director de comunicación social Sabás Flores respondió a los vendedores de publicidad de los periódicos con las palabras “no pago para que me golpeen”, pues como es de todos conocido, existía una fuerte línea política antipanista en El Mexicano y en La Voz de la Frontera.
Con el tiempo y la alternancia de partidos en el poder, las cuestiones económicas pasaron por encima de las políticas. Todos los gobiernos (o casi) anunciándose en todos los medios (o casi).
Salvo el caso del Gobierno Federal que por ley tiene derecho a tiempos oficiales en radio y televisión, todo lo demás implica un contrato, una factura, un pago y una emisión de por medio. El dinero del gobierno en los medios está a la vista de todos.