A propósito del listado de multas a los partidos políticos por el desempeño en las pasadas elecciones, en este espacio le planteamos si considera que el castigo económico es suficiente. Nueve de cada 10 nos dicen que no. Gracias a todos por expresar su opinión.
Hasta el momento, la forma que los mexicanos tenemos de entendernos por medio de las urnas, hace que dejemos de entendernos cuando vemos el resultado de ese millonario ejercicio al que llamamos proceso electoral.
No es para menos.
Además de las carretadas de dinero que reciben los partidos políticos y las instituciones que organizan el ejercicio, están los recursos que por debajo de la mesa invierten los que tienen interés en conseguir un espacio en el gobierno, particularmente lo que tiene que ver con el poder ejecutivo en los tres niveles de gobierno: alcaldías, gubernaturas y no se diga la presidencia de la república.
Los poco más de 45 millones de pesos que tendrán que pagar los partidos políticos dejan claro que las violaciones de las reglas estuvieron a la orden del día, lo que de entrada obliga a dudar de la limpieza con que se condujo el proceso, no por parte de los organizadores, sino de los contendientes.
Pero del resultado ni hablar. El "haiga sido como haiga sido" de Felipe Calderón en el 2006 parece ser el nuevo mantra para el fin de un proceso electoral.
El mensaje para los partidos resulta terrible: prácticamente la autoridad está dejando claro que en la próxima, candidatos y jefes de campaña pueden hacer lo que se les de la gana, finalmente lo único que les va a costar es dinero.