El 2017 inició marcado por el gasolinazo y todo lo que implica, por esto la semana pasada le preguntamos si usted usará menos el auto o recortará otros gastos. El 55 por ciento de los participantes indican que reducirán el uso del automóvil, el 37 por ciento indicó que recortará otros gastos y el 8 por ciento nos dice que no tiene vehículo. Gracias a todos por participar.
Como han dicho muchos analistas, el problema de fondo es lo que viene a partir del incremento al combustible, que es una escalada de precios que puede salirse de control fácilmente.
A pesar de que los anuncios del gobierno federal señalan que no habrá tolerancia para quienes incrementen precios de manera injustificada, la realidad es que no existe un criterio válido legalmente para determinar si un aumento fue justo o no lo fue.
Nuestra cercanía con la frontera y los nuevos precios del dólar son un segundo factor que hace más complejo el problema. ¿Subió por el transporte? ¿por el dólar? ¿por la inflación acumulada durante el año? ¿por las tres cosas?... ¿como asignar a cada variable el peso correspondiente?
Al final, con aumento o sin él, cada consumidor tiene en su bolsillo el circulante que permite a todo el aparato económico tener fluidez; menos circulante y precios más altos es la combinación perfecta para que las ventas de todos las empresas caigan en mayor o menor medida.
Aunque algunas dependencias de gobierno han anunciado políticas de austeridad, las verdaderas consecuencias del gasolinazo empezarán a notarse en los siguientes meses, en principio, con el cierre de aquellas empresas que actualmente carecen de la solidez para resistir un periodo de sequía.