A propósito de los destrozos causados en anuncios por las condiciones climatológicas de hace unos días, la semana pasada el preguntamos si debe el Ayuntamiento exigir un seguro especial a las empresas que utilizan la vía pública para mostrar publicidad. El 88 por ciento menciona que si. Gracias a todos por participar.
Mantener una campaña publicitaria, por la vía que sea, es una de las necesidades básicas de toda empresa. Con la llegada del Internet los llamados "medios tradicionales" (prensa, radio y televisión) cada vez reportan menores niveles de consumo y por esto millones de empresarios en todo el mundo buscan formas más eficientes de mostrar lo que hacen. En todo el esquema, la variable que no ha cambiado (y que incluso se ha recrudecido) es la necesidad de ventas para toda empresa.
Cierto, pasamos muchas horas conectados a Internet pero en mayor o menor medida, necesitamos hacer uso de los espacios públicos especialmente de las vialidades.
Cuando nacieron los medios electrónicos fue el Gobierno Federal quien se quedó con la atribución de otorgar concesiones para la explotación de una frecuencia, dado que implica espacio radioeléctrico que es propiedad de la nación.
Estas concesiones se convirtieron en premios políticos: las concesiones llegaron a valuarse en millones de dólares, por la productividad implícita de la venta publicitaria. A grandes rasgos, alrededor del 70 por ciento del dinero del presupuesto se lo llevaba la televisión, un 25 la radio y el resto quedaba a los diarios y revistas.
La gente dejó de ver televisión y de escuchar la radio, por lo tanto la publicidad en Internet y en exteriores empiezan a dominar la escena mundial.
Recordemos que es facultad del Ayuntamiento autorizar espectaculares, pantallas electrónicas, vallas y los denominados MUPIS (muebles urbanos para información). Cada uno de estos, si bien es cierto que implica inversión, como todo negocio, también genera un atractivo ingreso mensual para su propietario, de ahí que no sea extraña la sobrepoblación de anuncios en algunos puntos de la ciudad.
Dejando de lado la cuestión estética, donde deberían intervenir los Colegios de Arquitectos para regular esta actividad por la contaminación visual que se produce, eventos climatológicos como los que vivimos en enero revelaron que pueden ser un peligro para quienes usan las calles.
La exigencia de un seguro por parte de la autoridad municipal debería ser una obligación; la revisión de las políticas sobre la explotación del espacio público, un tema que debe observar la autoridad municipal urgentemente.