La semana pasada le planteamos: Sempra planea incrementar su planta de 30 a 100 hectáreas para integrar nuevos proceso con gas natural. Como siempre esto sólo pretendía ser un ejercicio para conocer el estado de la opinión pública, pero los resultados más que aportar luz sobre el tema, permiten el surgimiento de nuevas dudas.
Desde que se publica la pregunta de la semana, las primeras respuestas establecen una tendencia que se mantiene hasta el resultado final. A más participación, más precisión en el ejercicio, pero siempre se confirma la tendencia inicial.
Pusimos sobre la mesa este tema por una consulta pública que al final resultó ser un acto donde se consultó poco y casi sin público, como si sólo se tratara de llenar un requisito: si la ley dice que se haga, pues que así sea... o al menos que lo parezca.
¿Alguna razón para desconfiar de la forma en que opera el Gobierno Federal? En este caso particular no se trata del PRI sino del Partido Verde, que consiguió la Semarnat después de ir en coalición por la Presidencia de la República. ¿Alguna razón para desconfiar de los niños verdes?
El caso es que con los primeros votos en el sondeo el resultado era el que se esperaba: una mayoría que se manifiesta en contra de esa extraña colección de siglas donde están SEMPRA, ECA, IENOVA y los que se acumulen en la semana.
Esto no es raro. Los representantes de la gasera trabajaron muy duro en conquistar la opinión pública antes de su instalación: patrocinios, fideicomisos, ayuda social. Siempre con su logotipo visible en un esfuerzo legítimo de posicionamiento.
Pero se instalaron, empezó la operación y desaparecieron. Incluso, en algún momento de la historia dejaron de aparecer como Sempra y empezaron a utilizar el nombre de Ienova (empresa que depende de Sempra) para sus escasas apariciones públicas. ¿Que soporte de la comunidad podrían esperar?
¿Sempra-bots?
Como cada semana inició nuestro sondeo y se empezaron a recibir tandas de votos para superar ligeramente las expresiones negativas. Un comportamiento totalmente atípico que se repitió en varias ocasiones.
¿Quién además de Sempra (o Ienova) podría tener razones para que parezca lo que a todas luces no es? ¿Es esto cosas de niños? ¿de niños verdes?
Evidentemente la empresa tiene un problema de comunicación y en lugar de atacarlo de fondo y resolverlo, entró en un juego de simulaciones donde cosecha más dudas que resultados positivos.
El final de esta historia podemos escribirlo desde ahora. Si la empresa y el gobierno federal lo deciden no habrá opinión pública que los detenga, como no la hay ante los gasolinazos, el dólar, la inflación y las otras medicinas que amablemente nos han recetado quienes manejan este país.
Lo que no está definido es como queda la empresa... si en esta aventura donde Ensenada es sólo un accidente geográfico serán los héroes o los villanos.