En nuestro sondeo anterior le planteamos: Morena realizará una encuesta para decidir candidato al a presidencia municipal. ¿Confía usted en la transparencia de proceso y de los resultados? El 53 % nos dice que no. Gracias a todos por participar.
En diversos ejercicios se ha demostrado que Morena, como franquicia política, goza de un posicionamiento nunca antes visto en el país, pero esto se debe en gran medida a la popularidad de Andrés Manuel López Obrador que logró reunir en torno a su causa a grupos sumamente diversos que se presentaron como antagonistas en el proceso interno.
En Ensenada los resultados no causaron mayor sorpresa... de hecho en este espacio nuestro columnista Alfredo Mendoza ya había anticipado que la encuesta morenista sólo sería un trámite.
En Tijuana, por otro lado, las cosas se pusieron álgidas. Los "derrotados en la encuesta" manejan el mismo vocabulario que tradicionalmente han empleado cuando pierden una elección constitucional, porque asumen que ante los resultados de 2018 la próxima elección local será pan comido.
Carro completo: la gubernatura, las alcaldías y las diputaciones... ya se vieron.
El problema es que sin elecciones internas realmente representativas, la fortaleza de un candidato está en el aire y sin una buena campaña podría suceder cualquier cosa.
Además, es una ley que todo lo que sube tiene que bajar y desde que Morena asumió el gobierno federal y la mayoría en ambas cámaras, las inconsistencias en las decisiones han generado numerosos cuestionamientos sobre el rumbo del país.
Sabemos que toda tendencia política, por robusta que sea, tarde o temprano se desinfla (el PRI de los setentas, FOX en el dos mil) y este caso no será la excepción. La única pregunta para el caso de Morena es cuando será esto.
Aun con todo el poder a su favor, Bonilla no es AMLO y todos los que le acompañarán en la campaña ya no pueden utilizar el discurso antisistema pues serán los candidatos oficiales y deberán volar solos, mientras todos los opositores podrán exigir lo que siempre se pide en estos casos: que el Presidente saque las manos del proceso, aunque sabemos que existen muy pocas posibilidades de que eso ocurra.