Se acercan las campañas y los partidos empiezan a calcular su voto duro, o incondicional. Usted acostumbra votar... El 80 % de los participantes eligió la opción “Por el Candidato”.

El 13 por ciento admitió su fidelidad a un partido político y el 7 restante seleccionó la opción “No vota”.

Sin duda, este trece por ciento que representa al llamado voto duro, resulta demasiado bajo con respecto a lo que se ha observado en elecciones anteriores.

Comprensible por el desencanto de los ciudadanos con los partidos, sus resultados y sus últimas ocurrencias. Blanquiazules firmando alianzas con amarillos y los tricolores, que hace tres años entregaron su candidatura a la presidencia municipal a quien fuera abanderado en otras ocasiones por el PRD.

El veneno ganador de elecciones, el de la matemática que suma aliados y resta inconformes, empieza a ser neutralizado por un electorado que deja de ver siglas en las boletas, para concentrarse en las personas.

Anteriormente, la baja del voto duro simplemente reducía las posibilidades del carro completo por el efecto del voto diferenciado.

Este año la campañas serán cortas. Con pocos votantes cautivos, los candidatos deberán presentar su oferta de maneras espectaculares, de lo contrario el gran triunfador que ya esperamos será el abstencionismo.