El sábado pasado se emitió una alerta de tsunami. Usted se preocupó: Mucho, poco, nada o no se enteró. Uno de cada tres ensenadenses se dio por enterado pero no sintió preocupación alguna.

Pedro y el lobo.

Para fortuna nuestra, todas las ocasiones en que se informado sobre la posible ocurrencia de un evento de este tipo, nunca ha llegado a manifestarse.

Sin embargo el que no haya ocurrido no significa que no pueda pasar.

Los expertos ya lo dejaron muy claro: vivir frente al mar implica ese riesgo y se deben observar las medidas básicas de prevención.

Para algunos, vivir a menos de dos kilómetros de la costa y a una altura menor a los 30 metros sobre el nivel del mar, implica estar en zona de riesgo.

Las recomendaciones son sencillas y vale la pena tomar nota.

1. Identificar en el entorno la ubicación de las zonas elevadas y ubicar una posible ruta de evacuación, en auto o a pie.

2. Conocer la distancia de la casa a la costa y la altura sobre el nivel del mar.

3. Que todos los miembros de la familia sepan cortar los suministros de agua, gas y energía eléctrica, para evitar un desastre mayor.

4. Conocer los números telefónicos de emergencia.

5. Establecer un punto de reunión familiar, para el caso de que el evento se presente cuando los miembros se encuentran dispersos.

6. Informar a familiares y amigos que se encuentran en otras ciudades a que lugar se dirigieron.

7. Identificar a los medios de comunicación que proporcionan información sobre este tipo de sucesos.

8. Seguir las recomendaciones de las autoridades a cargo y no difundir información si se carece de criterio para hacerlo.