Como cada año se advierte que el cobro de las inscripciones es ilegal e irregular, sin embargo, en la realidad, el pago se hace en los bancos, en una cuenta y con una ficha de depósito que se entregaron a los padres en la misma escuela cuando el alumno pasó el examen de admisión o concluyó el curso escolar.

Las cuotas en las escuelas públicas son en promedio 300 pesos, en secundaria 500 y en preparatorias o bachilleratos técnicos 1 mil pesos.

Además se cobran otras cuotas voluntarias para arreglo de aulas, construcción de otras nuevas o material didáctico cuotas que van de los 50 pesos en escuelas muy humildes hasta 350 en escuelas públicas ubicadas en zonas donde los padres tienen mayor poder adquisitivo.

Los uniformes, oficialmente no deben de ser adquiridos en una tienda de ropa en particular, sin embargo en muchas escuelas el uniforme lo vende un solo proveedor que tiene por cierto la marca registrada, perdón el escudo de la escuela en sus uniformes y el alumno no entra si no lleva esa ropa.

Las listas de útiles son larguísimas e incluyen hasta en las escuelas privadas donde los padres pagan una fortuna por la educación de sus hijos, conos de papel desechables para beber agua y papel sanitario.

En esta historia desde siempre las autoridades educativas se han hecho de la vista gorda, los alumnos cuyos padres se atreven a protestar o romper con estas reglas no escritas sencillamente son señalados y ocasionalmente acosados por los mismos maestros.

Lo mas grave de este asunto es que si bien hay padres de familia que pueden cubrir los pagos que genera cada inicio de ciclo escolar, existen miles de familias especialmente las numerosas, donde el pago de una inscripción o varias se traduce en descuidar otras cuestiones que si son de primera necesidad.

Por ejemplo, zapatos, alimentos o transporte.

Ojalá que este año la Procuraduría de los Derechos Humanos logre el cometido que se propone y de paso exija de una vez por todas que se audite a las Sociedades de Padres de Familia para que de cuentas claras de que hizo con lo que se recaudó en las inscripciones y de paso se sepa también que fin tienen los recursos que se obtienen en las cooperativas escolares donde alguien debe estar ganando.

Ojalá y se pudiera saber también cuanto ingresa cada ciclo en una escuela cuyas cuotas se pagan en el banco, que fin tienen los intereses que dan estos recursos y a quien se beneficia con ellos, por supuesto contra los egresos.

No hay que olvidar que oficialmente la educación la pagamos todos con nuestros impuestos, las inscripciones y otras cuotas son caiditos extras, la pregunta es ¿para quien?.