Con el fin de este trienio también concluye otro periodo, uno de nueve años en los que el PAN, fue el único protagonista en los tres niveles de gobierno.

Curiosamente la opinión pública no castigó en su momento los desastres políticos de Jorge Catalán, al que escándalos no le faltaron.

Tampoco existió un voto de castigo contra Cesar Mancillas, de quien se dice, todavía tiene bastantes cadáveres almacenados en los armarios del erario público.

En el contexto mundial, los últimos tres años fueron marcados por una crisis con epicentro en el sector financiero de Estados Unidos y con réplicas en todo el mundo.

El revés para el blanquiazul llegó de golpe en la pasada elección, pero no fue un fenómeno local… Baja California borró de su mapa al PAN y anticipa de alguna forma lo que viene en las próximas elecciones.

La percepción popular ubicó a quien pasarle la factura de todo lo malo que se vivió y esto es parte del juego.

En el escenario aparece el PRI como redentor con una estrategia que esperan les aporte muchos votos en las siguientes elecciones.

Lo que no deben perder de vista los que se van y mucho menos los que están por llegar, es que la recuperación económica todavía no termina de aterrizar y mientras las cosas no mejoren para todos, quien sea que esté al frente saldrá irremediablemente reprobado.