Desde las 10 pasadas de la noche, minutos después de conocerse un segundo sismo en Japón de gran magnitud: 8.9, que lo ubican entre los cinco mas fuertes documentados en la historia reciente de la humanidad, las comunicaciones modernas hicieron de las suyas.

Mensajes por las redes sociales que hablaban de cómo el tsunami podría llegar a América, emitidas desde teléfonos celulares, correos electrónicos, páginas de la televisión japonesa transmitiendo en tiempo real, poco a poco generaron una bola de nieve donde se presentaban muchos datos y suposiciones, que abonaron a la confusión y el miedo.

Mientras en Estados Unidos, Japón, Hawai sus estaciones de alerta estaban emitiendo boletines de forma constante, marcando puntualmente los niveles de alerta y las zonas de riesgo, México y Baja California tardaron horas antes de emitir un comunicado donde confirmaran de MANERA OFICIAL si había riesgo o no.

Desde el Distrito Federal nos veían ya dentro de una pecera con un buzo dejado por una ola gigante en el asta bandera de la ventana al mar y calamares pegados en las ventanas del Villamarina.

La emisión se hace oficial hasta las 6:00 horas de la mañana cuando CICESE por medio de Modesto Ortiz el especialista en Tsunamis reveló mediante una modelación matemática cuales eran las proyecciones y las expectativas.

El Doctor en ciencia, usó para este trabajo un modelo matemático de un sismo similar en 1994 y basado en este y nuevos datos como el intensidad del evento de Japón concluyó que este tsunami podría traer olas de entre uno y 2 metros de alto, información que finalmente se verificó con la llegada de la ola.

La mesura, para no llamar ineficacia de las autoridades de los tres niveles de gobierno en Baja California, fueron graves por tratarse las costas peninsulares la primera región del Pacífico donde un evento como este tocaría sus playas.

Una de sus ventajas para poder mesurarse, fue la noche, muchas personas no se enteraron hasta el amanecer de lo que había pasado y una de sus desventajas fue la diferencia de horarios con las ciudad de México donde un twiter presidencial, fue el que planteó alrededor de las 4:00 de la mañana en las redes sociales el tsunami y degeneró en un caos.

Porque la gente sabe que un tsunami tiene que ver con una “ola gigante” con una “olota” pero no existe pese a cientos de declaraciones y planes de distintos gobiernos un programa real de información sobre el tema.

Ante esto hubo: locutores desaforados que aseguraron que estaban desalojando costas en Rosarito, otros que llamaban a la gente a salir de sus casas para irse a zonas altas y por supuesto no faltaron algunos twiteros del fin del mundo.

Para fortuna de todos los mexicanos, el tsunami, fue mucho menos grave para nuestras costas de lo que muchos deseaban.

Sin embargo deja de nuevo un tema en la mesa.

Activar la alerta temprana de tsunami que tiene prácticamente lista CICESE con otras instituciones incluyendo la Secretaría de Marina.

Que en lugar de seguir perdiendo el tiempo en cápsulas de partidos políticos que a nadie importan, se realicen cápsulas con información breve sobre tsunamis, sismos, ciclones, inundaciones, cuestiones útiles que preparen a la población para tomar decisiones, mesurarse y sobre todo confiar en sus autoridades.

P.D. Por cierto, Gobernación emitió el primer comunicado casi a las 9:00 de la mañana, hubiera sido 20 minutos después del tsunami. Menos mal que la atención estaba puesta en Ensenada.

P.D Por cierto honor a quien honor merece, científicos de CICESE no durmieron haciendo su chamba y su proyección fue exacta.