El tema surgió por la familia de Maneadero detenida el 7 de marzo y que ahora enfrenta cargos federales por droga.

El Gobernador del Estado confirmó que existen tres averiguaciones previas en las que pudieran estar involucrados militares, sin embargo, el pronóstico es que poco podrá lograr la autoridad estatal frente a un poder que sólo obedece a la Presidencia de la República.

A Felipe Calderón le gusta jugar a los soldaditos. Es un hecho.

Emprendió su famosa guerra contra el narco y a diferencia de otros presidentes se tomó muy en serio eso de ser el comandante supremo de las fuerzas armadas… Los resultados de corto plazo están a la vista de todos.

El ejército solo le da explicaciones al presidente y este, sólo enfrenta el verdadero juicio de la nación seis años después de su toma de protesta.

Vendrán las campañas por la sucesión presidencial, la guerra de las declaraciones, dimes y diretes en todas las formas, colores y presentaciones.

Hechos como lo ocurrido el 7 de marzo en Maneadero serán puntos de apoyo para los candidatos opositores y, para el candidato del PAN, la oportunidad del rompimiento con Calderón.

El hecho de que los abusos por parte de militares se conviertan en tema electoral poco alivia lo que sufre la familia de Maneadero, sin embargo, puede estar seguro de que todos los futuros candidatos, todos, prometerán gobierno justo durante la próxima contienda federal.

Habrá que exigir entonces a los candidatos que al llegar al poder, hagan que el ejército se ocupe de las tareas en que han demostrado excelentes resultados. Exigir y apostar a la esperanza porque finalmente, gane quien gane, diga lo que diga, escuche lo que escuche, prometa lo que prometa, finalmente por seis años hará lo que le venga en gana.