Del 6 al 12 de junio le planteamos si el tema de la detención Jorge Hank se percibe como un asunto político o como un punto en la agenda de justicia. La opinión de nuestros usuarios es contundente: el 86 % opina que se trata de una acción que se deriva de una decisión política. Gracias a todos por participar.
El tema ocupó los titulares de los diarios nacionales durante tres días consecutivos.
Analistas de todos tamaños y colores recibieron materia prima para volcar todas las especulaciones que quisieron, amparados en la muy personal colección de filias y fobias.
Se habló de todo: de las excentricidades de Hank, de su fama pública, de sus ligas a Peña Nieto, de lo increíble que resulta eso de la denuncia anónima, de lo preocupante que sería que la orden se originase en Los Pinos –por evidenciar la torpeza– y de la posibilidad lamentable de que fuera el ejército quien actuó de semejante manera porque se le dio la gana.
Aún cuando se pensaba que el tema sería de solución rápida todo parece indicar que seguirá alimentando primeras planas de todo el país.
Si como opina la mayoría el tema es político, vale la pena recordar el contexto del escenario.
1. Calderón no es Salinas, políticamente operando.
2. Hank no se parece ni a La Quina ni a Xico.
3. Un mártir siempre genera nuevos fieles.
De frente al proceso electoral del 2012, el PRI y los partidos de izquierda ya están listos para pescar… todo parece indicar que quien ordenó la detención de Hank buscando un beneficio político, lo único que logrará es dejar un río revuelto sin tener en su equipo a un solo pescador disponible.