Del 27 de junio al 3 de julio le planteamos en nuestro sondeo: ¿Hay en su familia alguien que crea en servicios como lectura de cartas, limpias y hechizos? El 40 por ciento nos dice que SI. Gracias a todos por participar.
En el laberinto de la soledad, Octavio Paz compara las características de los estadounidenses y las nuestras: “Ellos son crédulos, nosotros creyentes; aman los cuentos de hadas y las historias policíacas, nosotros los mitos y las leyendas. Los mexicanos mienten por fantasía, por desesperación o para superar su vida sórdida; ellos no mienten, pero sustituyen la verdad verdadera, que es siempre desagradable, por una verdad social. Nos emborrachamos para confesarnos; ellos para olvidarse.”
Apunta también: “La contemplación del horror, y aun la familiaridad y la complacencia en su trato, constituyen contrariamente uno de los rasgos más notables del carácter mexicano. Los Cristos ensangrentados de las iglesias pueblerinas, el humor macabro de ciertos encabezados de los diarios, los "velorios", la costumbre de comer el 2 de noviembre panes y dulces que fingen huesos y calaveras, son hábitos, heredados de indios y españoles, inseparables de nuestro ser.”
Creer es un privilegio personal. Cuando se trata de cuestiones de culto es incluso una garantía individual contemplada en nuestra constitución.
Si en su familia alguien gusta de lectura de cartas, limpias y hechizos, solo recomiéndele que, como en todo servicio que puede contratarse, vigile que las cosas no salgan de “lo normal” y ante cualquier sospecha, acuda a las autoridades correspondientes.