Del 12 al 18 de septiembre le pedimos su opinión respecto al aumento al transporte. Para el 89 % de quienes participaron, el salto de 8 a 10 pesos resulta excesivo. Gracias a todos por expresar su opinión.
Desde febrero de 2009 el costo del transporte público se había mantenido fijo, aun cuando las variables que inciden directamente en la prestación del servicio no dejaron de aumentar: gasolina, lubricantes y refacciones en dólares, por citar los más elementales.
Atender el reclamo de un sector que enfrenta pérdidas no es sencillo para ninguna autoridad, pues el repudio social es inmediato se tenga razón o no al aplicar dicha medida.
El ayuntamiento encabezado por Pablo Alejo López no volvió a tocar el tema durante el 2009, tampoco en el electoral 2010.
El ayuntamiento de Enrique Pelayo tardó casi un año en meterse de cabeza en el tema; una medida nada popular que causaría estragos mayores entre más tiempo se dejara pasar.
El hecho es que tenemos un transporte público costoso y mientras no exista la aplicación de un subsidio, el total de su costo lo asume el usuario final, de ahí que sea un tema que nos duele a todos.
El tan anhelado subsidio podría reducir en un 25 por ciento el costo de pasaje actual, al menos así quedó asentado como compromiso en el acta levantada cuando se autorizo el aumento.
Ahora, la pelota se encuentra en la cancha del Gobernador y del Presidente de la República: autorizar un subsidio en beneficio de los ensenadenses que políticamente beneficia a un alcalde priísta. Espero equivocarme, pero se antoja imposible.