Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, dos de los grandes escritores que ha dado Latinoamérica, vetados por Carlos Abascal el Secretario de Trabajo del gabinete foxista que, en plan de padre de familia, emitió una opinión que le costó el trabajo a una maestra de literatura.
Estoy de acuerdo en conocer que cosas leen los hijos pero de eso a emitir prohibiciones sobre equis o zeta autor, la diferencia es abismal, sobre todo cuando son obras maestras de la literatura contemporánea latinoamericana indispensables para la formación de una cultura universal.
Llama este hecho y otros que se generan en México y otro país, a la risa, a la burla de unos y para otros a la preocupación, por la facilidad con que se puede censurar lo que se desconoce, o lo que se conoce pero por la formación moral se presume como inmoral.
Y es que en Aura al menos, existen algunas escenas eróticas descritas de una muy bella forma por el autor, en donde posiblemente Abascal, creyó que su pequeña, supongo de 14 o 15 años no debía conocer.
Por favor, no seamos, mochos, ni mojigatos, ni pequemos de tontos, una o un adolescente de 14 o de 15 años, posiblemente nos puedan dar cátedras de erotismo, de sexualidad y de curiosidad lo traen circulando en la sangre, lo están experimentando en sus cuerpos en su convivencia diaria, en el coqueteo, en la mirada, en la actitud, en la forma que se acicalan y se ven en el espejo horas y horas.
El erotismo y la sexualidad no quieren decir relaciones sexuales, quiere decir que se están descubriendo a sí mismo y hacerlo a tiempo, sin prejuicios, sin los tabúes que llevan muchos adultos es garantizar un adulto sano.
Los adolescentes mas que prohibiciones, requieren COMUNICACIÓN, ATENCIÓN, INFORMACIÓN, CONFIANZA, AMOR, CUIDADO, y es basándose en estos factores que se podrán convertir en adultos con criterio.
Prohibir, lecturas que sugirió un maestro de literatura en una escuela de monjas, es algo tan absurdo como asegurar como lo hizo hace poco un sacerdote, que pockemon era una caricatura diabólica.
Para muchas personas que desgraciadamente son líderes de opinión como el caso de Carlos Abascal, la información de que viven en el siglo XXI no les ha llegado aún y si les llegó ni cuenta se han dado. En el caso de Abascal, peso más su propia forma de pensar que el pensamiento universal.
En torno a lo que leen los adolescentes haré referencia a un hecho que me tocó presenciar hace unos días.
Un maestro de secundaria pidió a sus alumnos de tercero que leyeran una obra de Pablo Neruda, denominada 20 poemas de amor y una canción desesperada; conocía varios en particular el poema 20, el de los versos tristes, pero no había leído nunca el poema uno, hasta que una de las niñas me presumió que ya lo había aprendido y saben es un hermoso poema erótico que la adolescente declamó y ya...
No pasó nada, no pasa nada, la curiosidad no es mayor ni menor, las dudas en caso de emergencia deben aclararse y si usted como padre de familia, no sabe, no quiere o no puede hacerlo, haga lo que hacen los padres de familia inteligentes, lea la obra sin prejuicios, disfrútela y cree en sus hijos el hábito de la lectura, ellos solos, definirán conforme maduren que quieren seguir leyendo y que de plano, van a desechar y empolvar en un rincón.
Pero sobre todo no se erija en censor, a menos que se trate de una obra pornográfica, pero esa le aseguro, no la va leer ninguno de sus hijos cómodamente sentado en el sillón de la sala.
Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, dos de los grandes escritores que ha dado Latinoamérica, vetados por Carlos Abascal el Secretario de Trabajo del gabinete foxista que, en plan de padre de familia, emitió una opinión que le costó el trabajo a una maestra de literatura.
Estoy de acuerdo en conocer que cosas leen los hijos pero de eso a emitir prohibiciones sobre equis o zeta autor, la diferencia es abismal, sobre todo cuando son obras maestras de la literatura contemporánea latinoamericana indispensables para la formación de una cultura universal.
Llama este hecho y otros que se generan en México y otro país, a la risa, a la burla de unos y para otros a la preocupación, por la facilidad con que se puede censurar lo que se desconoce, o lo que se conoce pero por la formación moral se presume como inmoral.
Y es que en Aura al menos, existen algunas escenas eróticas descritas de una muy bella forma por el autor, en donde posiblemente Abascal, creyó que su pequeña, supongo de 14 o 15 años no debía conocer.
Por favor, no seamos, mochos, ni mojigatos, ni pequemos de tontos, una o un adolescente de 14 o de 15 años, posiblemente nos puedan dar cátedras de erotismo, de sexualidad y de curiosidad lo traen circulando en la sangre, lo están experimentando en sus cuerpos en su convivencia diaria, en el coqueteo, en la mirada, en la actitud, en la forma que se acicalan y se ven en el espejo horas y horas.
El erotismo y la sexualidad no quieren decir relaciones sexuales, quiere decir que se están descubriendo a si mismos y hacerlo a tiempo, sin prejuicios, sin los tabúes que llevan muchos adultos es garantizar un adulto sano.
Los adolescentes mas que prohibiciones, requieren COMUNICACIÓN, ATENCIÓN, INFORMACIÓN, CONFIANZA, AMOR, CUIDADO, y es basándose en estos factores que se podrán convertir en adultos con criterio.
Prohibir, lecturas que sugirió un maestro de literatura en una escuela de monjas, es algo tan absurdo como asegurar como lo hizo hace poco un sacerdote, que pockemon era una caricatura diabólica.
Para muchas personas que desgraciadamente son lideres de opinión como el caso de Carlos Abascal, la información de que viven en el siglo XXI no les ha llegado aún y si les llegó ni cuenta se han dado. En el caso de Abascal, peso más su propia forma de pensar que el pensamiento universal.
En torno a lo que leen los adolescentes haré referencia a un hecho que me tocó presenciar hace unos días.
Un maestro de secundaria pidió a sus alumnos de tercero que leyeran una obra de Pablo Neruda, denominada 20 poemas de amor y una canción desesperada; conocía varios en particular el poema 20, el de los versos tristes, pero no había leído nunca el poema uno, hasta que una de las niñas me presumió que ya lo había aprendido y saben es un hermoso poema erótico que la adolescente declamó y ya...
No pasó nada, no pasa nada, la curiosidad no es mayor ni menor, las dudas en caso de emergencia deben aclararse y si usted como padre de familia, no sabe, no quiere o no puede hacerlo, haga lo que hacen los padres de familia inteligentes, lea la obra sin prejuicios, disfrútela y cree en sus hijos el hábito de la lectura, ellos solos, definirán conforme maduren que quieren seguir leyendo y que de plano, van a desechar y empolvar en un rincón.
Pero sobre todo no se erija en censor, a menos que se trate de una obra pornográfica, pero esa le aseguro, no la va leer ninguno de sus hijos cómodamente sentado en el sillón de la sala.
PD. Menos mal que fueron los Cuentos Peregrinos y no La Increíble Historia de la Cándida Eréndira y su Desalmada Abuela... porque entonces no es despido, es excomunión.
PD. Menos mal que fueron los Cuentos Peregrinos y no La Increíble Historia de la Cándida Eréndira y su Desalmada Abuela... porque entonces no es despido, es excomunión.