Tralari, tralará, por fin es primavera, espero que alguien le avise al encargado y con ello el mal genio ocasionado por el frío, cambie por algo fresco pero con sol mas seguido.
Espero también que las malas vibras que hemos recibido de diversos lugares y que nos colocaron la semana pasada en algunos medios de información hayan desaparecido y si no; bienvenida la publicidad gratuita.
Podría empezar a hablar de algo trascendente como la guerra, los intereses económicos que están detrás de ella, la lana que se va embolsar el gobierno estadounidense con esta matanza y lo que ha va costar: se estima en 40 billones de dólares según los expertos.
Podría hablar del temor que existe entre los residentes de esta frontera por la cercanía con el vecino del norte que tiene una base militar en San Diego y la posibilidad de que un terrorista haga una locura.
De que ninguna autoridad hasta ahorita, se ha tomado la molestia de explicar que son las armas químicas o bacteriológicas, como se diseminan, cual es su radio de acción, cual es el peligro real de estas, donde hay máscaras antigas en caso de emergencia, si hay vacunas o simplemente nos debemos persignar y encomendarnos al santo de nuestra preferencia.
Me gustaría este día en particular no pensar en la paloma de la paz, maltrecha y con el pico torcido, luego de ser embestida por un misíl.
Esperaría que la primavera trajera un poco de tolerancia e inteligencia a los que les hacen falta ---OJO: NO ESTOY DIRIGIENDO EL MENSAJE A NADIE EN PARTICULAR---.
Quisiera que mi conejo, porque tengo un conejo, ya no se crea perro y deje de seguirme por todos lados y tratarse de comer mis zapatos.
Esperaría que la primavera y el conejo de pascua les trajera una canastita con huevos aunque sea de colores a quienes los necesitan urgentemente.
Sin embargo, mientras ande sueltos el bushito, Hussein y otros fanáticos de cualquier causa aunque no sea internacional, lo dudo mucho.