El trabajo policiaco es uno de los mas difíciles y peligrosos que existen... no es un cuento chino, ni un mito sacado de las cintas de acción norteamericanas.
Es una realidad que solo se reconoce cuando la oportuna intervención de un agente del orden nos ha devuelto un bien, especialmente cuando este no se refiere a un objeto, sino a una vida humana en especial la de un hijo.
La semana anterior, un adolescente fue secuestrado por un grupo de sujetos, cuyo objetivo final era obtener 150 mil dólares de rescate de los padres de su víctima.
El secuestro, en Baja California y en especial en Ensenada no es un delito frecuente, es un hecho inusual donde hasta ahora los casos han sido resueltos y la mas de las veces las víctimas recuperadas sanas y salvas.
Sin embargo el peligro de que un día no muy lejano los resultados sean otros esta latente.
El secuestro no solo entraña la violencia hacia quien es plagiado y ocultado en una casa de seguridad, sino para las familias y familiares que cada minuto sin saber de su ser querido es uno de los peores suplicios posibles,
Los secuestradores ponen precio a la vida, a la sonrisa de un niño, a las lágrimas de una madre, a la desesperación de un padre y a la tranquilidad de una comunidad completa para quienes la calle, el patio, el trabajo y la escuela nunca mas serán iguales.
Sin embargo es necesario reconocer y agradecer el trabajo de los agentes que desde el anonimato, trabajaron en este último secuestro, día y noche para localizar y rescatar al menor.
Es importante decir en voz alta que fue fundamental la confianza manifestada por la familia en los agentes policiacos para rescatar a su hijo y fue fundamental también que otras personas que sabían el caso se unieran para evitar indiscreciones.
Solo con la confianza de la familia y el trabajo de inteligencia, que lo hubo y mucho durante el proceso, pudo llegarse a un buen término.
Ahora es un compromiso del Juez a quien se adjudicó el caso, que la condena que se otorgue a estos criminales, a quienes no se puede llamar de otra forma, desestimulen que nuevos casos puedan presentarse en Ensenada.
Una policía eficaz, una investigación certera, la confianza y la discreción, no servirán de nada ante una resolución que permita que los secuestradores estén libres en poco tiempo y con ello gente sin escrúpulos que no dudarán en delinquir de nuevo.
Falta también que el sujeto que permanece prófugo sea detenido y esta aprehensión evite que nuevamente quiera intercambiar dinero por una vida.
Decía Leoluca Orlando el exalcalde de Palermo que para acabar con la impunidad y el delito hay que denunciarlos y hay que ponerles nombre, en especial a los policías corruptos.
Esto es cierto.
Pero también es cierto que cuando una comunidad tiene agentes policiacos que los hay, dispuestos a hacer bien su trabajo y jugársela para lograrlo, también es importante decirlo a voz de cuello.
TAN TAN....