Nuevamente un Juez norteamericano, Thelton Henderson, el mismo que aplicó el embargo atunero en contra de la flota mexicana, le da palo a los atuneros nacionales, cuando ya casi se resolvía un conflicto que dura una década.
El dichoso Juez, a diferencia del que nos han pintado las series norteamericanas y obras maestras del Cine como Heredarás el viento, nos ha llevado a un sistema judicial en el que puede mas una suposición que un hecho científicamente comprobado.
En esta guerra comercial, no es otra cosa digan lo que digan los ecologistas, la razón ha sido vencida por la sinrazón apoyada en el susodicho juez, que da mas valor a lo que diga Pierce Brosnan el actor del 007 que apoya a Earth Island, que a lo que han dicho los científicos e investigadores especialistas en el tema.
El argumento de Earth Island, aunque parezca broma, es que los delfines se ponen nerviosos y se estresan cuando son encerrados en las redes.
Este estrés excesivo, de acuerdo a los ecologistas provocan que la señora delfina, aduzca luego dolor de cabeza a don delfín y se niegue a aparearse.
Asimismo los delfines que van con su mamá al ser rodeados por un cerco pesquero se asustan y se pierden, nótese, no se mueren o lastiman, se pierden y se asustan y esto los afecta por cuestiones de desintegración familiar.
Este aunque usted no lo crea, es el argumento avalado por el juez quien no pidió a Earth Island una prueba de lo que dicen, simplemente les creyó.
Sin embargo este juez si exigió a los científicos diez años de pruebas, de testimonios de observadores a bordo, de bajar al cero estadístico la mortalidad y con todos los documentos, videos, informes y títulos no les creyó, no solo a los mexicanos, sino a los mismos grupos del gobierno norteamericano que incluyen su departamento de pesca y su departamento de comercio entre otros.
Este señor Juez no ha cuestionado ni un momento el tipo de pesca que exige Earth Island, que implica en serio, la mortandad indiscriminada de atunes juveniles, especímenes de cuatro o cinco kilos de peso, que se capturan en cardúmenes donde no hay delfines y que se sacrifican cuando no se han reproducido.
Esta pesca si amenaza en serio la especie, no de delfines sino de atunes que han presentado ya en algunas regiones del mundo un impacto severo por la depredación de este tipo de capturas.
La mas grave de ellas son las radioboyas, un sistema que utiliza el satélite para ubicar a los atunes juveniles y que acabó casi con una variedad de atún blanco del Atlántico que pescaba la flota española.
Quiero pensar bien y creer que de los seis millones de dólares por año que le tocan a Earth Island Institute por la etiqueta dolphin safe no haya algunos miles desparramados en otros sitios.
Sería interesante ver también como los armadores mexicanos, dejan de hacerle la lucha al mercado gringo y voltean al mercado europeo al asiático y el mismo latinoamericano.
Seria interesante, ver también un cambio de estrategia comercial dirigida al mercado latino en Estados Unidos con la información científica que se tiene de este lado, aunque para ello se utilicen como los gringos, artistas para apoyarse.
Si con una breve campaña la del chun tachun tachun tachun se colocó el atún en el mercado nacional, que podrán hacer con una campaña de a de veras.
Esta guerra del atún, no tiene ni ahora, ni antes, ni nunca, el interés de proteger a los delfines, fue inicialmente causada por la envidia de las firmas estadounidense por la gran cantidad de atún que pescaba la flota mexicana y la calidad de éste.
Mientras sea Thelton Henderson el juez que apoya a Earth Island si no es fliper, será la sirenita pero siempre encontrarán un freno para no dejarnos exportar.