Hace unos días leía en el Periódico El Universal una dolorosa noticia respecto a una niña de 13 años indígena Tzotzil que acababa de escapar del Consejo Tutelar para Menores Infractores donde había sido llevada acusada de no dar sepultura a su hijo que nació muerto, al que dejó en una cuneta a la orilla del camino donde lo había parido sin ningún auxilio.
La niña, estaba sola entonces en Tuxtla Gutiérrez, lo poco que habían investigado sobre ella había conmocionado a la Procuraduría de los Derechos Humanos ya que esta muchachita, había sido violada tumultuariamente meses atrás y derivado de esa violación tumultuaria de la que tuvo conocimiento la autoridad había quedado embarazada.
La pequeña había sido abandonada por sus padres en Tuxtla Gutiérrez, hablaba solo en dialecto y no entendía español, tres sujetos que se dieron cuenta que estaba sola aprovecharon para violarla y de este ataque resultó un embarazo, sus atacantes en tanto lograron evadir la justicia.
Pasó un embarazo sin saber siquiera bien que lo estaba, sobreviviendo de la caridad pública, no hubo apoyos gubernamentales, una casa hogar. Nada.
De la misma manera que fue violada, parió un hijo, en una cuneta al borde de una carretera y el bebé de una madre desnutrida y adolescente nació muerto.
La adolescente no supo que hacer, no tenía para un funeral y solo envuelto en unos trapos aún con restos de placenta lo dejó en donde lo parió.
Entonces sí los vecinos que la habían visto embarazada la señalaron como la madre del niño muerto.
Entonces sí la autoridad que no capturó a los violadores, la capturó a ella y la puso bajo el resguardo de la policía para llevarla al Consejo Tutelar para Menores Infractores, de donde se escapó; el cargo que le imputaron: abandonar un cadáver en la vía pública.
Esto es verídico, hace apenas dos semanas en Chiapas.
En Ensenada la historia se pudiera estar repitiendo.
Para quienes hemos seguido de cerca el asunto del maestro acusado de violación impropia hay muchas cosas extrañas y preocupantes.
Por un lado el señalamiento de dos menores, las revisiones médicas, las evaluaciones sicológicas, los interrogatorios que recrean una y otra vez la ofensa, la vergüenza.
Imagínese como víctima y piense que donde existe ya el dolor y el temor de lo vivido se deba enfrentar además todas las atemorizantes averiguaciones que tienen que darse en torno al caso donde la víctima tiene apenas 8 años y observa que a su alrededor en lugar de protección esta rodeado de enemigos y gente que no le cree.
Luego un fallo judicial donde se exonera al presunto responsable y no solo eso sino que queda entonces otra historia en la que creo que muy pocos han pensado, que sucederá con ese niño, con esos niños, con los que quieran denunciar, hay certidumbre para hacerlo, se les cuestionará sus señalamiento por el solo hecho de ser niños.
Es el segundo asunto donde la Juez Segundo de lo Penal libera a un hombre que ha sido señalado por delitos sexuales, uno de estos David Cokchran que estuvo preso por la violación de cuatro niños en un orfanato, un asunto donde aún esta pendiente el resultado de la apelación en tribunales.
Pero eso no es todo, hay otro mas que pudiera ser víctima también en esta historia el Presunto Responsable el Maestro acusado, para el que sentarse los niños en las piernas y abrazarlos como admitió, no tuvo connotación sexual.
El señalamiento en su contra, resulta indeleble y ahora procedería una denuncia por difamación de honor en contra, de todos los que lo señalaron.