La responsabilidad asumida por Sonia Angélica Blancket al frente de la Administración Portuaria Integral, es sin lugar a dudas una de las mas trascendentes para el desarrollo económico local.
Sonia es la segunda mujer que es nombrada al frente de la Dirección de una Administración Portuaria en un Puerto Mexicano, en un país, donde pese a todos los discursos de equidad, se mantiene la actitud machista.
Pero no solo eso, el mundo portuario, el que tiene relación con el mar y las cuestiones navales, salvo el espacio de la investigación y algo el comercial, es también un espacio donde predomina la testosterona.
Sin embargo, para fortuna de Sonia, ella entra a la API con una enorme ventaja: su predecesor, que dejó enemigos y pésimas relaciones con quienes trató, desde pares de dependencias federales, estatales y municipales, sin contar cuerpos de seguridad, civiles y militares para quines su salida significó un alivio y una posibilidad de mejorar.
Pero Blancket López no puede perder de vista que asume el cargo en medio del malestar de los empresarios locales, quienes temen que al tomar esta Dirección, quien tenga poder sobre el destino del Puerto sea un partido político y/o el Alcalde Enrique Pelayo Torres, debido a la confianza en su relación política y laboral.
Pero no solo eso, uno de los temas delicados es el Puerto de Costa Azul donde si bien la API no tiene una injerencia directa en el control del recinto, si puede influir y esto se convertiría en un tema sensible de política binacional por la operación de la planta Regasificadora de Sempra Energy (ECA) con quien el Ayuntamiento actual, al que ella pertenecía, no solo tiene un litigio, sino que lo intentó clausurar y luego extorsionar.
Por ahora para la nueva Directora de la API, será indispensable aplicar una política que sane la percepción de una Administradora Portuaria, insensible y ajena a temas como la pesca, el cabotaje, la operación de los pequeños empresarios navieros y marítimos que han acusado en mas de una ocasión a la API por el acoso del que son objeto.
Tiene la oportunidad como nunca, de hacer un trabajo sobresaliente, de delegar en los que saben y despedir a quienes a lo largo de los últimos tres años convirtieron al Puerto de Ensenada en un botín particular y en un recinto ajeno a la ciudad.
Es un paquete enorme, pero es una mujer acostumbrada a la política y al trabajo pesado de ahí que podría hacerlo, si se lo propone, mas allá de su relación con el PRI de quien fue operadora política en el proceso electoral federal anterior.
P.D. Por cierto debo una botella de vino.