Es evidente que en los inicios de la humanidad los centros de producción de bienes o servicios se encontraban ubicados geográficamente en el mismo lugar que los centros de consumo, por lo que las necesidades de desarrollar métodos para el transporte de bienes y personas fueron resueltas en forma relativamente sencilla.

Sin embargo el crecimiento demográfico y la natural tendencia gregaria de los seres humanos provoco la rápida generación de importantes centros de consumo ubicados a mayores distancias de los centros de producción, creando la imperiosa necesidad de contar con medios de transporte.

A pesar de los grandes beneficios que la invención de la rueda le brindo al transporte de mercancías y personas, el sentido común y la experiencia hizo evidente que el transporte de bienes y personas por agua optimiza la economía pública y privada, al disminuir el costo final del producto o servicio ofrecido, aprovechando la mayor capacidad que ofrece el transporte por vías generales de comunicación por agua, y al evitar destinar demasiados recursos públicos en la construcción, ampliación y mantenimiento de las vías generales de comunicación terrestre.

Actualmente es indiscutible le preeminencia de la marina mercante como el mas importante medio para satisfacer los mercados internacionales de consumo y producción de bienes o servicios pues cerca del 96% del comercio mundial es efectuado por medio de la transportación marítima, la cual globalmente representa el 71% de todos los fletes contratados.

La geografía de transportación marítima esta compuesta por dos grandes elementos, que son los ríos y los océanos, quienes a pesar de estar conectados, cada uno representa un dominio especifico de circulación sobre vías generales de comunicación por agua.

Las mas recientes transformaciones tecnológicas que afectan el transporte por agua se han concentrado en modificar canales de navegación (como el dragado de los accesos a los puertos para obtener mayor profundidad), en el incremento del tamaño y la automatización de embarcaciones adaptándose a la demanda de energía (especialmente fósil), al movimiento de materia prima y la satisfacción de los mayores mercados de mercancía a granel.

Al igual que los caminos, puentes y carreteras, la noción del transporte marítimo descansa en la existencia de itinerarios regulares, mejor conocidos como rutas marítimas, concebidas como corredores de unos cuantos kilómetros de ancho, que tratan de evitar la discontinuidad de la transportación terrestre por medio de puertos eslabonados, estos últimos representan el principal elemento de la interfase de mercancías tierra/mar. Las rutas marítimas están formadas por puntos de paso obligatorio, que son puntos geográficos estratégicos provocados por limitaciones físicas (Costas, vientos, corrientes marinas, bajos, arrecifes, islas) y por fronteras políticas.

Con sus honrosas excepciones, la economía de las naciones latinoamericanas han retrasado por demasiado tiempo el mejoramiento de las conexiones entre sus mercados internos de producción y consumo (Cabotaje), llevando hasta el limite sus recursos para la construcción, ampliación y mantenimiento de vías de comunicación terrestre cada vez mas limitadas para satisfacer la necesidad de transportar cantidades masivas de personas y mercancías en pequeñas cantidades.

Las comunidades tan vinculadas con el mar como las integradas por los habitantes del Estado de Campeche en lo particular, y de las Penínsulas de Yucatán y Baja California en lo general, están llamadas a ser líderes y ejemplo para el resto de la nación en materia de aprovechamiento de puertos y vías generales de comunicación por agua, pues gran parte de su geografía esta delimitada por mares, ríos o lagunas que dificultan y encarecen la transportación terrestre hasta alcanzar altos niveles de insatisfacción de sus usuarios por saturación y/o inseguridad.

Para enfrentar este importante reto debemos aprovechar la experiencia humana en el comercio marítimo para hacer que todos los actores y factores involucrados en la satisfacción de la demanda de transporte aprovechen el menos común de los sentidos, el llamado “sentido común”, y vean en los puertos y en la marina mercante un mejor futuro en lo individual y en lo colectivo, pues solo los triunfos compartidos, pueden ser llamados exitosos.

Francisco de Jesús Riveros García

Capitan de Altura & Licenciado en Derecho