En el sitio se encontraba un hermoso campo de golf, sobre unos terrenos que en su oportunidad fueron donados por el General Abelardo L. Rodríguez, como iniciativa del Sr. Roberto Estudillo.

Ese día un numeroso grupo de prominentes miembros de la banca, industria, comercio y turismo, organizaron un evento para rendir homenaje al propio General Rodríguez, contando con la presencia de alrededor de 300 asistentes.

El ambiente era de sobriedad austera. La mesa de honor fue presidida por el matrimonio de don Abelardo y doña Aída Sullivan. El Sr. David Cota sirvió de anfitrión, mismo que agradeció la gentileza del Gral. Rodríguez de ofrecer en donación los terrenos suficientes para construir uno de los mejores campos de golf en México. Asimismo se recordó la generosidad del ex-gobernador Alfonso Gracia González, por su cooperación a la formación del club.

Al tomar la palabra, el General Rodríguez agradeció el homenaje y dijo que ese acto era el primero al que concurriera después de la trágica muerte de su hijo Juan.

El general dijo: “También vengo a esta mi primera fiesta, acompañado de mi esposa, para celebrar con ustedes mi recuperación después de estar al borde de la muerte el 2 de enero del año pasado, y quiero recordar a los doctores que intervinieron en mi operación que fue todo un éxito y a quienes les estaré agradecido eternamente. También doy gracias a Dios por haberme dado la fe en recuperar mi salud”.

Con voz temblorosa por la emoción dijo: “Ya no celebraré mi aniversario el día 12 de mayo; de ahora en adelante, será el día 2 de enero de cada año; mi hijita me obsequio un pastel con una sola velita. Ahora me siento en una nueva vida al lado de mi queridísima esposa, de quien tantos cuidados he recibido durante mis tres ultimas operaciones”.

El general finalizó diciendo “Pido a ustedes que el homenaje se lo dediquemos a nuestras esposas. Muchas Gracias”.

El Gral. Abelardo L. Rodríguez entro en coma a principios del mes de febrero de 1967, falleciendo en La Joya, California el día 13. Sus restos fueron velados en su casa particular de El Sauzal y descansan en el panteón de El Sauzal, apropiadamente re-nombrado como El Sauzal de Rodríguez.