La semana pasada se dio a conocer que el midas de los contenidos digitales Jeff Bezos compró el periódico Washington Post. Con sus antecedentes empresariales, especialmente lo que ha logrado con Amazon, no fue extraño que las acciones del diario llegaran a niveles sólo alcanzados en el 2008.
Se informó que la operación fue por 250 millones de dólares y que la compra no es por medio de la compañía Amazon, sino personal.
¿Porqué el hombre que ocupa la posición número 19 en la lista Forbes, se interesa en un diario? Las especulaciones son muchas.
En el tema político, se le atribuye a Jeff Bezos una fuerte y constante inversión en ganar influencia sobre el congreso de los Estados Unidos y sobre el Gobierno Federal, específicamente en aquellos temas que afectan la operación comercial de Amazon. Hay que recordar que para impulsar el comercio electrónico, Estados Unidos retiró la carga impositiva a las operaciones vía Internet y que este tema está bajo la lupa de los congresistas en la conocida Marketplace Fairness Act.
Con Amazon, Jeff Bezos logró convertirse en un experto en la venta de contenidos editoriales, primero impresos y después digitales, antes de incluir en su tienda electrónica otro tipo de productos.
En el negocio de los medios, la esperanza de muchos es que su tendencia a la innovación y a generar acciones cuyos resultados solo son visibles a largo plazo, aporte luces a una industria cuyo éxito económico cada vez es más cuestionable.
Si este fuera el objetivo, el magnate se sacó de la bolsa el uno por ciento de su fortuna para adquirir un periódico con una característica única en el mundo: Sólo el Washington Post puede presumir de haber logrado la dimisión de un presidente de los Estados Unidos, al denunciar la red de espionaje que derivó en el llamado escándalo Watergate. Una leyenda que en el contexto actual podría revalorar la función social del trabajo periodístico.
Innovación, contenidos editoriales, comercio electrónico y el Internet al borde de una crisis por contenidos de calidad ante la explosión de las redes sociales… la combinación de estos elementos podría arrojar un modelo económicamente exitoso, que saque del universo conocido las ediciones impresas.