La Universidad de Cornell, EEUU, encontró que el polen transgénico de maíz Bt transportado por el viento y espolvoreado sobre una planta silvestre conocida como "algodoncillo", alimento de las larvas de mariposa monarca en Norteamérica, tuvo un resultado alarmante: la mitad de las larvas presentaron menor crecimiento y murieron prematuramente.

Otro estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Caen, Francia, evidenció la aparición de tumores cancerígenos en ratas alimentadas con una variedad de maíz transgénico producido por Monsanto. Anteriormente, en una publicación académica de International Journal of Biological Sciences se demostraba que hay tres variedades de maíz genéticamente modificadas que pueden ocasionar daños a los riñones, el hígado y el corazón, estas son producidas por la misma transnacional estadounidense fundada en San Luis, Misuri en 1901 por John Francis Queeny.

Mientras nuestras autoridades argumentan los grandes beneficios económicos que nos brindan los cultivos transgénicos, historias de cientos de productores estadounidenses nos demuestran lo contrario, ellos se han visto forzados a endeudarse con millones de dólares, dado que las semillas transgénicas no tienen los altos rendimientos que prometen.

Monsanto publicó recientemente en su página de internet que le habían autorizado, por parte de las autoridades mexicanas, la siembra de 250 mil hectáreas de tres variedades de maíz transgénico, pero hasta el día de hoy el gobierno no ha hecho ningún comentario al respecto.

Reflexionemos el caso de las mariposas monarcas, y en tu próximo mandado no adquieras productos transgénicos.