La respuesta nos sacó de onda, literalmente a los que estábamos en la conferencia, de hecho fue durante los días consecutivos un tema de burla, que bien podría seguirlo siendo si no estuviera de por medio el lugar donde nací.

Soy de Ensenada y cuando alguien me pregunta sobre el sitio donde vivo, las descripciones me quedan cortas.

Vivo en una hermosa ciudad a la orilla del Océano Pacífico con un clima privilegiado que te permite en invierno sobrevivir con una chamarra ligera y pasar el verano sin necesidad de abanicos, quizá unas dos semanas al año cuando el termómetro pasa los 32 grados algo raro en esta región, pero aun así, siempre sopla un viento fresco..

En primavera poco después de las lluvias de invierno los cerros se ven verdes con tonalidades distintas, que se ven salpicadas por flores de diferentes matices, lilas, amarillos, naranjas, rojos, que harían las delicias de una pintor.

Pese a que hay una migración importante, la ciudad, digan lo que digan es tranquila, en un año el número mas alto de asaltos bancarios que se ha dado han sido tres y de estos en dos casos se han atrapado a los bandidos.

Su mar es hermoso, de azul intenso por el frío permanente de las corrientes que trae desde el norte y que llega hasta costas impresionantes que llegan con sus riscos hasta el mar, un mar que se vuelve blanco en las orillas por la espuma que llega a salpicar varios metros las piedras.

No es un mar tranquilo, es un mar vivo, con el movimiento permanente de sus olas y de sus habitantes, animales y seres humanos, barcos de carga y pesqueros.

Un sitio donde aun puedes acercarte a los muelles para hablar con los pescadores de sus aventuras o parar en el campo a platicar con los rancheros.

La ciudad crece si bien tiene zonas suburbanas en la periferia donde hay pobreza, la miseria que envuelve a las grandes ciudades no existe.

El acceso a todo tipo de alimentos, verduras, frutas, pescado, carne, es posible, es posible incluso alimentarse de productos que en otros lugares del mundo o de México son prohibidos por sus precios, fresas, espárragos, melones, uvas, aceitunas, vinos.

Hay problemas de contaminación, algunos añejos como la cementera, o las plantas que procesan harina de pescado, un basurero municipal cuya basura apesta sobre todo cuando la mezclan con intereses políticos.

No tiene grandes industrias y las que tiene como Fábricas Monterrey han logrado intercalar el desarrollo con el medio ambiente.

Una planta regasificadora no le daría trabajo a la gente de Ensenada y si en cambio permitiría que a lo largo del sitio donde se ubicara el gasoducto, los propietarios de los terrenos ubicados en su mayoría en Rosarito y Tijuana obtuvieran ganancias importantes al vender sus terrenos, sobre todo aquellos que cuenten en tiempo con la información precisa del sitio por donde se construiría.

Pero eso no es todo, la regasificadora provocaría interés de macroindustria, industria pesada como las sidelúrgicas que si son altamente contaminantes y que afectarían a su paso, no solo la tierra y el aire sino el mar.

Los empleos serían para obreros de estas plantas y para otras que se instalarían en Tijuana y Mexicali, un costo que pagaría Ensenada a cambio de 80 mil dólares por el impuesto predial al año.

A cambio se les otorgaría el derecho, de pisotear otros desarrollos como los Ranchos atuneros, una tecnología de punta que no es contamínate si ha reactivado empresas locales y en particular da trabajo a barcos sardineros y gente de mar.

Pero no solo eso, lo mas grave es que el mismo alcalde que pidió 15 millones de dólares a Sempra estaría dispuesto no solo a permitir una o dos sino las empresas que quepan en esta zona y si trabajara en el INFONAVIT 45 donde caben dos, una sobre otra.

Ante este panorama, solo habría que dejar claro, si la burbuja de los ensenadenses implica aire limpio, florecitas, árboles, tranquilidad, mar y cielo azules, puede llamar a nuestro alcalde de asesor para que le negocie a cambio de 15 millones de dólares, el Golfo de California o Playas de Tijuana.

Si Mexicali y Tijuana quieren pagar el precio del progreso, que lo paguen ellos, si se los permiten.

Ensenada esta muy bien como está.