El mensaje en cuestión ofrece 500 pesos (o dólares, según el país donde se reciba) cortesía de la empresa Starbucs, esto a cambio de hacer clic en un enlace para responder cuatro preguntas; cuando esto sucede los datos son almacenados por los creadores de la estafa, posiblemente para práctica de phishing.

Dmitry Bestuzhev, Director de Investigación y Análisis para Kaspersky Lab en América Latina, publicó en el blog de su empresa que los estafadores solicitan a quien recibe el mensaje que además de introducir sus datos, reenvíen el mensaje a sus contactos bajo la promesa de que así podrán ganar la recompensa propuesta. De esta forma la estafa se convierte en viral.

En el artículo Delitos Informáticos en México, publicado en la revista del Instituto de la Judicatura, Jorge Esteban Cassou Ruiz explica que se han distinguido dos figuras delictivas a las que se les ha denominado el phishing así como el trapping, las que conducen a la utilización, obtención, transferencia o disposición indebida de fondos de los clientes de las instituciones de crédito, como su resultado real y tangible, incluso puede darse el caso en que intervengan también funcionarios o empleados de las instituciones bancarias.

Aunque es evidente que las formas en que se ponen en práctica estas actividades avanzan de manera más rápida que el sistema de protección legal para los ciudadanos, lo mejor es evitar caer en ellos aplicando la desconfianza sistemática ante todo lo que implique ofrecer datos personales.