Por segundo año consecutivo, los residentes del fraccionamiento Mar de Ensenada soportan los malos olores que despide el agua que escapa del cárcamo de rebombeo que dejó de funcionar porque la empresa constructora Casas Geo, se declaró en quiebra y abandonó a los compradores.
Quienes viven en esta zona ubicada en el Noreste de la ciudad, no logran escapar del hedor de las aguas que emanan del pavimento, que escurren por una cuenca que bordea el Ejido Ruiz Cortinez y desemboca en la Presa Emilio López Zamora, convirtiéndose en un problema de salud pública.
La familia Sánchez, platicó que en los días más calurosos tienen que bloquear puertas y ventanas, encender ventiladores para no respirar el insoportable hedor del ambiente, un tanto agrio, como a amoniaco o inodoro.
El fraccionamiento no está entregado al Ayuntamiento y Casas Geo no responde. Ecología Municipal tampoco atiende los reclamos de los afectados porque dice que no tener facultades, mientras cientos de hectáreas se contaminan lo que afecta mantos acuíferos, vegetación y fauna de la zona y cuerpos exteriores de agua como la presa.
Otros involucrados en este conflicto, son Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infornavit) y la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (Cespe) que cada mes envían las facturas de los cobros a los usuarios mientras se deslindan de responsabilidad.
El guardia de seguridad que resguarda el inoperante cárcamo también está harto de la contaminación.
Jorge Valdés Miranda, presidente de Grupo Vehcsa y dirigente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), desarrolló el fraccionamiento y convino con Casas GEO en compartir ese cárcamo en un terreno propio.
El empresario hizo el compromiso de resolver el problema y reconoció que tiene una responsabilidad moral con quienes creyeron en el proyecto habitacional.
Puntalizó: “Quiero dejar claro que no es responsabilidad de nosotros (Vehcsa) pero viendo la falta de respuesta de Casas Geo he acordado con Cespe que pondré la mitad de la inversión y la otra mitad ellos”.
Explicó que la inversión es mínima pues es cuestión de voluntad y unos seis meses para que el cárcamo vuelva a funcionar.
Agregó que el problema con el rebombeo de aguas negras en el fraccionamiento no es de dinero, es que a la empresa Geo se desentendió totalmente del problema, y que el gobierno no la pone fácil para recibir la obra, y darle mantenimiento y tenerla operando.
“Esto es una piedra en el zapato, tenemos diez fraccionamientos entregados, pero si no hay voluntad de la Cespe, no lo vamos a poder resolver”.