Si los políticos no hubieran existido, los hubiera inventado algún escritor de terror, de ciencia ficción y caricatura, incluso algunos serían marca ACME.
En este rollo de los políticos, podría empezar por los que están en campaña temporal y pueden observarse en cada una de las esquinas con cara de mascota recién comprada (sin ofender a las mascotas por supuesto).
Otros políticos los que están en campaña permanente, gobernadores, Secretarios de Estado, Presidente de la República, presidentes municipales y en la nueva moda las esposas de ellos, también nos las podemos encontrar en todos lados.
Es un singular culto a la personalidad que supongo deben haberlo sacado de una composición de artículos del Cosmopólitan, Vanidades, TV Novelas y el libro vaquero, con un aderezo de ventaneando, el Ojo del Huracán y La Oreja, por aquello de la profundidad y la ética demostrada en sus intervenciones.
La bronca es que pareciera competencia de quien es peor, y si no, escuche usted al Peje y confiéselo, no ha sentido pena de los pobres reporteros que deben desmañanarse para escuchar soporíferas intervenciones sin pies ni cabeza.
Ni hablar de Fox, a lo mejor al principio por ser distinto nos pareció novedoso, hoy cada vez que lo observo me acuerdo del Coyote del correcaminos donde cada cosa que hace parece que está destinada al fracaso. Pero el Coyote es mas simpático y ha permanecido mas tiempo en el gusto popular.
Estoy casi segura que tiene un Gabinete marca ACME y al igual que en el Coyote todos nos preguntamos, porque no cambia de marca o de gabinete.
Eso es en el ámbito nacional, porque en el Estatal, la cosa pinta muy parecido o peor.
En los últimos meses el culto a Herr Gobernador aumentó considerablemente, el culto a su personalidad ha sido inversamente proporcional a los resultados de las encuestas de algunos candidatos de su partido, lo que significa que mientras el gober cada vez aparece mas, a sus candidatos cada vez los quieren menos.
Luego debemos escuchar en cada una de las intervenciones de los funcionarios ( con algunas muy respetables excepciones) que la primera oración es siempre: "Por instrucciones del Señor Gobernador"... guácala.
Ya sabemos que es por instrucciones del señor gobernador, ya sabemos que en el gobierno del estado no se mueve una hoja de papel membretado o sin membretar si que lo haya dicho el señor gobernador, pero por favor, no lo digan, son casi 10 segundos que se pierden y que si se suman, entre todos los funcionarios es mucho tiempo perdido.
Pero eso no es todo, estos días de campaña existe una epidemia de boletinitis aguda, algunas excepciones se han registrado y las agradecemos de todo corazón.
Es mas si pudiéramos vender los boletines ya nos hubiéramos hecho ricos, lo malo es que lo único que hacen es saturar correos electrónicos y gastarse el papel del fax.
Debía haber algún mecanismo mediante el cual, las salas de prensa de los medios, pudieran incluir un formato donde cuatro fotografías o boletines del candidato x pudieran ser intercambiados por boletos para el cine, una hamburguesa, una soda, vamos por unas papitas en alguna tiendita cercana.
El intercambios sería mas o menos así: 4 boletines = a bolsa de pingüinos lo que haría feliz a Enohc Santoyo 2 fotos = a 1 Coca Cola ligth para Gerardo Sánchez, 2 boletines = a 1 café para Víctor Alarcón.
Eso no es todo, no cansados de este culto a la personalidad, esta boletinitis aguda y los gobernantes marca ACME, siguen poniendo sus fotografías por todos lados y saliendo cada vez que pueden en la tele o en el radio para contar mentiras.
La mentira recurrente en los últimos procesos es que el anuncio de obras, o el inicio de obras con bombos y platillos, las giras al sur, e incluso la solución inmediata de la bronca con los burócratas no tiene que ver con el proceso electoral. Diría mi abuela: "Si,como no".
En fin si no fuera porque todo esto es en serio, podríamos crear con cada una de estas situaciones una simpática caricatura con todo e ilustraciones o una novela de terror depende del lado en que le toque, lo malo es que aunque parezca de ciencia Ficción, este cuento es totalmente real.